𝗔𝗟𝗜𝗖𝗘𝗡𝗧 𝗛𝗜𝗚𝗛𝗧𝗢𝗪𝗘𝗥 golpea la mejilla de Aegon con la palma de su mano. El albino se queja por el dolor.
Su madre suspira. Se agacha a su altura.
- Tú no eres hijo mío - Es lo único que sale de sus labios.
Iba retirarse de su aposento pero su hijo lo detiene con sus palabras.
- Yo no pedí esto... He hecho todo lo que me has pedido, lo he intentado pero nunca será lo suficiente para ti o para papá.
Helaena entrando a los aposentos de su esposo hace que Aegon deje de hablar.
- ¿Han visto a Dayana?, ella debe vestir a los niños - Tenía una pequeña sonrisa inocente en su rostro.
Alicent solo niega con la cabeza para luego acercase a su hija y abrazarla sin razón. Tenía lágrimas en sus ojos.
La albina la miraba extrañada por esta acción de su madre.
Alicent recuerda algo que hace que sus lágrimas se sequen de inmediato.
- ¿Dónde está Jaehaera? - No había visto a su hija menor en toda la mañana.
Aegon solo rodea los ojos negándose. Helaena solo la mira sin respuesta.
Desde ese momento ya supuso donde estaría su pequeña princesa.
La pequeña princesa orientaba a su caballo blanco Adonis mientras esté corría con ella. Esta gritaba de alegría y adrenalina, su cabello que tenía una trenza también lo disfrutaba.
Sir Criston gritaba su nombre diciéndole que iba muy rápido para la prisión de la carrera. El hombre trataba de alcanzarla pero era inútil, ella había ganado.
La albina detiene su caballo para acorralar a el hombre castaño.
- Qué lento está hoy, Sir Criston - La chica hace que el hombre suelte una risa y le siga el juego de acorralarse en círculos entre caballos.
- Me ha ganado princesa, debo admitir que es buena para esto.
- También hay más cosas en la que soy buena, Sir - Hubo un intercambio de miradas pero nada para alarmarse. La chica decide dejar de acorralar al hombre para dirigirse al palacio.
