Capítulo 1 - Una amarga bienvenida: Parte 2

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Nos mostraron el camino a las duchas y bueno, nos pusimos a ello, estaban separadas de las instalaciones, pero no le dimos importancia, aquí no hay privacidad que valga, tanto hombres como mujeres compartimos el baño, no voy a mentir la primera vez es incómodo, vas perdiendo la timidez poco a poco, más temprano que tarde llega el momento en el que te acostumbras, además no es como que haya algún degenerado entre nosotros, ese tipo de personas no dura mucho en las fuerzas especiales, si no pueden controlar su propio líbido no podemos esperar que se controlen en un combate real, con todo lo que ello implica.

Lo que me llamo la atención de los baños cuando entramos es que eran bastante amplios, rebosaban elegancia, opulencia, ninguno de nosotros había puesto sus pies antes en un lugar así de caro, el agua era caliente y cada ducha contaba con su propio espejo, el vapor no tardó en expandirse por todo el lugar y el olor de las instalaciones era cuando menos agradable, además de una gran tina que parecía más una piscina por el tamaño, no era arquitectura imperial, de eso estábamos seguros, pareciera que algunos adornos estaban hechos de oro, nos sentimos extraños e incómodos, aunque nadie sabía muy bien por qué.

De cualquier forma, aun así, hicimos uso de las instalaciones, retire mi toalla y deje mi cuerpo descubierto ante el espejo, donde pude verme mejor, mi cabello era corto de castaño claro y mis ojos marrones se veían bien después de todo ese viaje, mi piel rosada había sufrido bastante durante el entrenamiento pero seguía manteniéndose suave, había crecido un poco después del entrenamiento inicial con un respetable 1,68, también había ganado un poco de masa muscular, no demasiado para tener los músculos marcados, aunque si se notaba que me ejercitaba, mis pechos y mi trasero tampoco estaban mal, no eran pequeños, pero tampoco grandes, ninguno de nosotros sobrepasa los 25 años y yo soy la más joven de todos, estoy satisfecha con lo que tengo.

-¿Oigan no se han preguntado que hacemos aquí? -Preguntó Elías, un tipo de cabellos plateados y erizados de piel trigueña que nunca ha conocido un peine, no es una mala persona, solo es curioso con algunas cosas, y muy hablador, le gusta hacer preguntas, demasiadas para el gusto de todos.

-Completar nuestro entrenamiento, Delan, ya cállate ¿Quieres? -Se quejó Roy, el tipo de músculos marcados de tez rosa y cabello negro, es una persona directa, no tiene tacto, si algo le molesta o no le parece bien te lo dice en la cara, tal vez parezca que es agresivo o gruñón la mayor parte del tiempo, pero es una persona confiable cuando te ganas su respeto, y Elías Delan no se lo ha ganado.

-No, me refiero a ¿Qué hacemos en este sistema? Los Ángeles de la Muerte solo son desplegados cuando hay una misión importante ¿Por qué estarían en espacio neutral, más aun, justo al lado del Sector Dauress? ¿No estarán esperando un ataque de ellas o algo así?

-¡No me extrañaría! -Espetó Darla, la chica con el físico más fuerte de todas nosotras, tiene el cabello anaranjado casi hasta tocar sus hombros, suele llevarlo atado a una coleta levantada, es bastante extrovertida y una buena bebedora, se lleva bien con todos nosotros, pero cuando se trata de las Dauress... -¡Esas malditas probablemente vayan a concluir con esta tregua y nos golpeen con todo lo que tienen en cualquier momento, no se puede confiar en esas traidoras!

-Tú padre casi muere cuando atacaron la flota en la que ibas, eras una niña entonces ¿Verdad? -Resaltó Harper, una chica rubia de cabello largo y una piel blanca cual porcelana, tenia un tatuaje con la forma de la cabeza de un lobo en su hombro derecho, perteneció a una pandilla antes de enlistarse a la unidad de aspirantes, es fría y calculadora, tenemos suerte de que le caigamos bien, se lleva muy bien con nosotras, en especial con Darla y con Han Sol, la primera es su mejor amiga, al igual que ella también sufrió mucho por culpa de las Dauress.

-Mi padre perdió la mitad de su cara derecha protegiéndonos a mi madre y a mí de una explosión, no fue el mismo desde entonces -Darla golpea la pared más cercana con tanta fuerza que le hace una pequeña grieta -Por mí pueden morirse todas y cada una de ellas...

Los Guardianes del VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora