Dulce Amor [•ACTUALIZADA•]

Cap. 11 Encontré a mi princesa 1

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Era el primer día de marzo, una mañana nublada y con frío, no sé el porqué, pero, cuando estoy en mi casa siempre tengo la sensación del tiempo se vuelve lento, aun con los sirvientes que rondan aquí me siento solo, ya que, ellos solo me tratan como lo que soy, el unigénito de la familia más poderosa de todo Japón.

Me encontraba vagando por toda la mansión, no pensaba en nada exactamente, por lo general mi cabeza estaba en blanco, he de decir que la mayoría de las personas me etiquetan como un joven serio, que piensa mucho además de misterioso, entre otras cosas ¿de verdad? Solo hablan de cosas que se ven en el exterior pero no se dignan a simplemente preguntarme el por qué estoy así, así de ... vacío.

—Hijo, ven aquí. -hablo mi madre, ella con 36 años de edad, la cual no aparenta sus ojos de color verde aguamarina, piel pálida, la cual resaltaba sus ojos tan lindos y más con su atuendo que traía esa mañana los resaltaban más; traía un vestido sencillo con olanes color blanco su cabello oscuro que con la luz llega a verse morado agarrado en una coleta baja de lado dejando su cabello ondulado cayera por su hombro derecho, ya era costumbre verla arreglada ya que mi padre y ella salían a menudo. 

—Tu padre quiere hablar contigo -mi madre estaba tomando el té en el jardín como siempre,  al acabar su taza se levantó y me dirigió a la sala de juntas de la familia; caminamos sin decir palabra alguna, fue algo que es costumbre, no me quejo ya ha pasado mucho tiempo que es de esta manera, al igual que mi cambio por ese hecho tan trágico... 

—Hijo, hemos llegado -anuncio mi madre, toco la puerta para dar aviso de nuestra presencia.

—Te ves muy hermosa mamá -le dije antes de que ella abriera la puerta, solo me sonrió y dijo un "gracias" que me gusto oír en ella, después abrió la gran puerta corrediza 

—Pasemos -entramos y nos sentamos, mi padre estaba ahí, tomando una botella de sake.

—Hijo mío, he estado pensando en tu destino, -dijo sin más mi padre, un adulto de ya 38 años los cuales parecía no tener; el vestía traje negro, aunque solo llevaba el chaleco y la camisa blanca en la habitación, con este traje hacia resaltar sus ojos azules como el cielo. El cabello de mi padre lo hacia resaltar demasiado.