⍣ 𝙿𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊: 𝚂𝚞𝚒𝚌𝚒𝚍𝚒𝚘 [𝙺𝚊𝚣𝚞𝚃𝚊𝚔𝚎] ⍣

Capitulo 10 (⁠｡⁠•̀⁠ᴗ⁠-⁠)⁠✧

Para kazutora tener al lado al chico con el comparte la estrecha camilla es importante.

Puede que solo lleven dos semanas de conocerse, pero para el ha Sido importante.

Especialmente cuando su trato hacia el fue distinto que con todos los que concideraba amigos.

Pudo ver muchas reacciones en ese chico , y quería ver más.. quería seguir disfrutando de la comodidad con la que podía estar sin ponerse nervioso por incluso palabras o frases que no espera escuchar.

El hecho de poder estar tranquilo y en paz, es importante. Tal vez quiera ser más egoísta por una vez, y tener y querer a alguien otra vez, pero asegurarse de no cometer más errores, errores que podrían alejarlo de esta persona.

Se dedicaría a cuidarlo, así como lo hizo el chico a su lado, quien lo alimentó y cuidó hasta que pudo estar mejor de sus heridas.

Aún recuerda el sabor de aquel delicioso plato, y el jugo de notas. Su sonrisa mientras lo abrazaba recordando esas acciones era invaluable.

Solo se permitía sonreír de esa forma mientras el estuviera con el. Era mucha su comodidad, se preguntaba si me molestaba que estuviera arrimado a el, literalmente.

Pero al parecer no, ya que lo dejó ser. Así que abraza aún más a ese chico, al que casi pierde, si no fuera por qué entró como un ladrón a su casa, después de que no respondiera a sus llamados.

Recuerda su corazón latir frenético, su sorpresa era mucha pero su desesperación ganó y lo cargó y llevó como pudo al hospital.

Cuando llegó, sintió que todo el alma abandonaba su ser, pidiéndole a las enfermeras y doctores que lo atendieran de inmediato.

Al verlo, rápidamente prepararon la camilla y lo acostaron, mientras lo llevaban a urgencias le hacian preguntas que por el temor de ver el estado del chico, y sus manos temblorosas no pudo responder adecuadamente, sin mencionar que la opresión en su pecho dolía como el infierno y sus pensamientos caóticos mientras miraban a la camilla en movimiento no ayudaba al panorama general en lo absoluto.

Tuvieron que administrarle cedantes para calmarlo, llevarlo a una camilla del pasillo para recostarlo y descansar, en ese momento su mente estaba perdida y sus ojos vagaban por el espacio donde miraba.

Las personas lo miraban pero a él no le importaba.

Cuando salió del trance y su mente recuperó la racionalidad se sentó y comenzó a pensar con claridad.

Vió salir al chico que había traído como un loco al hospital, los siguió y preguntó por su estado.

Es ahí donde dijeron que necesitaban pintas de sangre, por la perdida excesiva de la misma. Lamentablemente su sangre era una de las pocas comunes.

Tendrían que encontrar un donante, y el recordó en el centro de detención donde estuvo, las pruebas que les hacían cada año para ver si aún siguen sin consumir sustancias ilegales.

Su sangre era la misma que la de el, así que pidió que le hagan pruebas para darle de su sangre.

Tardó unos días, y seguía inconsciente, para cuando porfin le estaban transfiriendo la sangre habían pasado dos días.

El pidió que lo dejasen estar con el dentro de la habitación, la molestia del aire acondicionado era un problema, pero no importaba.

Solo quería poder sentir que no estaba solo, así que tomó su mano y enterró su mejilla en el dorso de la misma, se sentía tan helada que tenía miedo que la persona frente a el dejase el mundo delante de sus ojos.

Está tratando de encontrar consuelo ante la idea de que despertará y podrá pedir más del plato con el que lo alimentó la primera vez, se convirtió en su comida favorita.

Takemichi sentía que lo apretaban más en el abrazo, no pudo resistencia alguna. Y aunque quisiera no tenía fuerzas para hacerlo. Así que se dejó ser la manta de consuelo.

Pero el también quería sentir más calor, así que se giró un poco, tratando de no tropezar la aguja que estaba metida entre su vena, y lo abrazó de vuelta, envolviendo la cintura del contrario y apegando su rostro en el pecho del más alto.

Se dejó llevar por la calidez que emanaba el cuerpo contrario y se permitió llenarse de aquella sensación, sintió como sus hombros dejaban de estar tensos y su cara rígida, cuando una mano llegó directo a su cabello, haciendo piojitos en el mismo. Relajándose ante la sensación de aquella toques.

Sintió que podría quedarse así, y frotó su rostro contra el pecho del hombre frente a el, enterrando más su nariz sintiendo los toques en su cabello.

Logrando sucumbir al cansancio.

.
.
.
.
Lamento no publicar antes, estaba centrada en las otras historias y estaba mal con el manga jaja.. disfruten