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Deberías irte

Ya era de día, la peliazul estaba preparando el desayuno cuando escuchó que el mayor había despertado

Souya- buenos días - sonrió -

Rindō- Mhm - fue lo único contestó para después sentarse en la silla  -

Ni siquiera la había mirado, no la abrazo ni le dedicó una sonrisa eso se le hizo muy raro a la más baja pero decidió no tomarle importancia, desayunaron juntos y entonces el rubio salió del apartamento sin siquiera despedirse ni voltear a ver a la peliazul

Souya- que le pasa? - frunció el ceño con una seria preocupación - ni siquiera me dijo... Adiós

Decidió salir a despejarse un rato, le importaba poco recibir un regaño departe del más alto él debía entender que ella tenía que salir, fue al supermercado, compró algunas cosas gracias a la tarjeta que el más alto le había dado alguna vez en sus primero regalos, compró más ropa y dulces. Al terminar recordó que aún tenía su celular y hacía tiempo que no lo encendía ni hablaba con nadie; llegó a casa y lo primero que hizo fue encender el aparato electrónico, mensajes y llamadas fue lo que llegó a su móvil respiró hondo y decidió llamar

...

— S-souya?! Eres tú?! Mierda donde haz estado?! — hablaba desesperado el peliazul — estás bien? Donde estás?! —

— Hey! Tranquilo Hakkai — suspiro con pesadez — una pregunta a la vez no puedo responder todas al mismo tiempo —

— ah.. está bien.. estás bien? —

— Sí, estoy bien y tú? —

— yo también, donde estás ahora? —

— En un apartamento viviendo con alguien — jugaba con su cabello —

— Ese alguien, es rubio con mechas celestes usa lentes y es neurótico? —

— Sí — rodó los ojos — cómo lo sabes? —

— oh... Porque ese fue el idiota que me golpeó hasta casi matarme por acercarme a ti Souya — frunció el ceño — voy a ir a recogerte mándame tu dirección —

— No... —

— qué? — miró el teléfono confundido — escuché mal? —

— No Hakkai, no escuchaste mal, ya te dije que no quiero que me busques yo estoy... bien... — habló bajito en lo último —

— Taka-chan y yo estábamos a punto de ir a buscarte sabías? Íbamos a jugar a los policías —

— Dios mío... Estoy bien, te llamaré luego me tengo que ir,  iré a hacer el almuerzo — colgó sin esperar respuesta departe del más alto —

Fue hacía la cocina, esa tarde haría la comida favorita del rubio en muestra de que está dispuesta a intentarlo nuevamente con él, en ese momento la puerta del apartamento se abrió y por esta entró el de lentes, al ver a la peliazul cocinar se quedó para mirándolo atento ya que está estaba distraída ni siquiera se había dado cuenta de la presencia del mayor ni del sonido de la puerta, el más alto sonrió un poco al verla picar las verduras. Se quedó así durante un rato para luego seguir su camino hasta su habitación

Souya- Rindō? - volteó a ver pero no había nadie - debió ser mi imaginación... - miró las verduras con una profunda tristeza -

De algunas manera se había acostumbrado a la actitud posesiva del más alto y a que este la moleste casi siempre robándole un beso, a veces un abrazo pero ese día fue diferente, el rubio estaba distante y ni siquiera se digno a abrazarla como siempre; pasaron las horas y terminó de cocinar, se dirigió a la habitación que compartía con el mayor y allí lo vió sentado en la cama con su portátil y el ceño fruncido

Souya- Rindō, a qué hora llegaste?

Rindō- hace horas - respondió sin mirarla -

Souya- bueno... Ya está el almuerzo... - miraba atenta al más alto -

Rindō- que bueno, podrías traerlo aquí por favor? Comeré en la habitación - seguía mirando la pantalla del aparato -

Souya- pensé que hoy...

Rindō- miró a la más baja - qué?

Souya- frunció el ceño y apretó un poco los puños - nada, que ahora te lo traigo - dijo para salir de la habitación -

Sirvió el almuerzo, se lo fue a dejar al mayor de mala gana esto no paso desapercibido por el más alto pero le resto importancia, esa tarde la peliazul comería sola. Sabía que debía sentirse feliz por no tener que soportar al más alto sin embargo ahora mismo comía amargamente con algunas lágrimas cayendo en la comida

Souya- imbécil... - susurró - eres un Imbécil...

El rubio estaba recostado en la pared escuchando lo que la menor había dicho, solo cerró los ojos y se fue a su habitación.

Ya era de noche, la Kawata tenía la esperanza de que el mayor la abrazaría esa noche o la molestaría, tal vez hoy tuvo un mal día pensó pero al llegar a la habitación se percató de que el mayor no estaba pasó su vista a la otra habitación y allí estaba acostado durmiendo, mordió su labio inferior conteniendo la rabia para después meterse a su habitación a dormir quizás mañana sería diferente.

Amaneció, el delicioso aroma a desayuno inundó sus fosas nasales haciendo que se levante rápidamente, asearse y luego ir hacia el comedor, vió al rubio cocinando

Souya- buenos días - sonrió -

Rindō- dirigió sus vista hasta la menor para luego terminar de hacer el desayuno -

Souya- estás molesto conmigo? - sentándose frente a la mesa -

...

Souya- frunció el ceño - ugh.. ten la amabilidad de responder el buenos días siquiera

Rindō- deberías irte con tu hermana mayor Souya - habló finalmente -

Souya- abrió los ojos de par en par para luego mirar al mayor - qué? De que hablas?

Rindō- lo estuve pensando y creo que deberías regresar a tu casa - llevando el desayuno a la mesa para los dos - no deberías estar aquí sino con tu hermana, hablaré con Ran para que deje a Nahoya tranquila

La menor estaba atónita, jamás pensó que el mayor le diría tal cosa, acaso seguía dormida? Negó varias veces intentado creer que eso era un sueño

Rindō- la observó - estoy hablando en serio Sou, no es un sueño

Souya- estás jugando verdad? - rió bajito -

Rindō- no Souya, no estoy jugando hablo en serio... Ya no me gustas... - desvío la mirada - cuando termines de desayunar vete

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