- Déjame! Déjame ir! Porfavor te lo ruego
- Eres mía, no pienso dejarte ir. Eres Solo Mía... Souya ♡
En que momento? En que momento todo se volvió tan horrible... Por qué? Por qué tengo que sufrir esto...? Alguien ayúdeme... Porfavor.
- Quiero a mi...
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Souya- a que te refieres con obsesionado con mi hermana? Acaso...
Rindō- sí... Esta haciendo lo mismo que yo hice contigo... Solo que él.. es más brusco que yo..
Souya- se levantó de golpe de la cama - no! Ni pienses que dejare que Nahoya viva lo mismo que yo! Ni loca! Llévame ahora mismo con ella!
Rindō- no puedo...
Souya- por qué?!
Rindō- porque ellos ahora mismo no están en Japón, Ran se la llevó a Hawái y no sé cuándo volverán...
Souya- cubrió su rostro con las dos manos empezando a llorar - Nahoya!!
Ahora sí estaba rota, lloraba a cántaros nada ni nadie podía callarle pues no quería que su hermana viva lo mismo, tal vez esté bien pues la peli-melocotón tenía un carácter y una mente muy fuerte como para dejarse someter, o eso creía la oji-azul.
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Nahoya- asentía adolorida - Lo siento cariño.. no volveré a hacerlo.. - agachaba la cabeza arrepentida -
Ran- acariciaba el rostro de la menor sonriendo- muy bien~ Así me gusta y ahora cuando alguien se te acerque lo único que debes hacer es alejarte me entendiste?
Nahoya- asentía - entendí
Se preguntarán que paso entre ellos dos, pues fácil el mayor era impaciente y celoso, aunque no llegaba a los golpes, solo a veces, lo que más hacía su manera de castigar a la contraria era atando a la menor a la cama o encerrarla en el sótano donde habían a veces ratas y excrementos de ellas; por horas, días y semanas. Ahora mismo de le estaba borrando del rostro un moretón que le había hecho el mayor al meterle un puñetazo por un ataque de celos, pues un día cuando la mayor estaba jugando con la arena un chico la miraba mucho tiempo, esto el mayor lo notó, se levantó de la silla donde estaba la sombrilla y se dirigió a aquel chico.
Ran- Ne~ no crees que es muy hermosa? - abrazaba por el cuello al más bajo -
X - Si~... Tiene un cuerpo espectacular y una sonrisa realmente radiante, demonios ni hablar de esas caderas... La quiero tener debajo de mí - sonreía -
