Capítulo I

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Salió por las grandes puertas del aeropuerto arrastrando sus maletas, tratando de mantener la poca dignidad que le quedaba.

Contemplaba la vista maravillado, todo el paisaje estaba completamente nevado, sentía que sus pies se hundían en la nieve, un gran bosque repleto de árboles se vislumbraban y grandes montañas heladas podían verse en el horizonte.

Frente a él pudo observar gente abrazándose, perros arrastrando trineos y un pequeño montón de gente enfundada en gruesos anoraks con carteles esperando a los viajeros. 

El día era claro, pero la temperatura era escalofriante.

Espolsó una vez más su abrigo a cuadros blancos y negros que le llegaba por las rodillas, dejando ver sus largas piernas en unos skeanny jeans negros. Acomodó su gorro Gucci de color blanco tratando de que se viese bien su largo cabello rizado y dirigió su vista hacia el grupo de gente con carteles buscando el que tuviera su propio nombre.

"MRS. STYLES"

Estaba escrito en un cartel blanco con letras negras.

Mientras se acercaba en aquella dirección tratando de no caer porque sus botas estaban hundiéndose en la nieve, observó al hombre que llevaba dicho cartel.

Este era castaño, su cabello se encontraba despeinado por el viento, llevaba un abrigo azul quien hacía resaltar sus ojos del mismo color. Unos pantalones oscuros y unas botas gruesas para protegerse del frío, a pesar de todo, no llevaba gorro ni guantes.

—Buenos días, soy Harry Styles — dijo con una sonrisa con hoyuelos cuando estuvo frente a él, poco propio de alguien que viene a joder la vida de los demás, se reprochó a sí mismo antes de borrarla—. He venido del bufete de Nueva York.

Al no recibir respuesta alguna por el sujeto que lo miraba con una expresión difícil de descifrar, siguió hablando.

—Perdone... ¿Habla mi idioma cierto? —dijo empezando a ponerse nervioso—.  Soy Harry Styles, el chico de la sucursal que han enviado, viene a buscarme de parte del señor Tomlinson, ¿no?

Tras otra breve evaluación de pies a cabeza, un indicio de sonrisa que trató de ser ocultada apareció en el rostro del extraño mientras bajaba el cartel lentamente.

Se acercó más de lo que estaba acostumbrado a hacerse entre dos desconocidos y agarró una de las maletas de Harry, dejando a este completamente quieto en su sitio. Cuando vio la expresión consternada del muchacho, no pudo más que reír entre dientes mientras se apartaba negando con la cabeza.

—Es gracioso, cuando me dijeron administración concursal me esperaba a un viejo con canas y en americana.

Empezó a caminar arrastrando la maleta de Harry sin mirar atrás, dejando al rizado quieto y confundido en su sitio.

—Pero... ¿Qué?

—¡Espere!—dijo mientras lo perseguía atravesando la dificultad de no caer porque sus botas se hundían en la nieve y la pesada maleta que llevaba—. Entonces, ¿es usted de Tomlinson Toys, verdad? ¿No está-?

—¿Tratando de robar una maleta mojada, probablemente llena de ropa que aquí no servirá para nada? —Lo miró por encima del hombro antes de echar a andar de nuevo—. No. ¿Por quién me toma?

—¡Pues eso quisiera saber yo! —dijo Harry apresurándose a ponerse frente aquel hombre y obligándolo a detener su caminar—. Podría identificarse, ¿por favor?

El chico respiró profundamente.

—Trabajo en Tomlinson Toys. 

—¿Y qué hace en Tomlinson Toys?—dijo Harry cruzándose de brazos. —¿Cuál es su puesto?

Hasta que llegue NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora