Aquella mañana, en cuanto llegaron al pueblo, Harry se fijó en una cafetería que estaba al otro lado de la calle de la fábrica.La nieve le calaba hasta los huesos y no dudó de que una taza de chocolate probablemente era lo mejor que le podría pasar aquel día.
En cuanto bajó del trineo miró a Louis mientras ponía sus manos en los bolsillos de su abrigo.
—Iré a por una taza de chocolate a la cafetería. ¿Quieres algo?
Louis negó con la cabeza y correspondió la sonrisa.
—No será necesario, gracias. Prefiero el té y lo tengo en la oficina.
—Genial, ahora nos vemos —dijo dirigiéndose a aquella dirección.
Louis guardó el trineo y cuando entró en el taller vio a todos riendo y entregándose regalos.
Se quedó quieto en su sitio y se acercó a donde estaban Carol y Damián un poco más cariñosos de lo normal.—¿Qué está pasando?
Damián abrazó la cintura de Carol mientras se posicionaba a las espaldas de ella.
—Hoy nos entregamos el amigo invisible, jefe. Como cada año, ¿Lo olvidó?
Pasó sus manos por su frente negando con la cabeza.
—No, no, no. Harry va a matarme. Si entra y ve esto, va a matarme —miró hacia Damián y Carol, estresado—. No podemos, tenemos que ocultar esto ya, no puedo salvar la empresa sin un poco de ayuda.
Un pequeño silencio se hizo en la sala antes de que empezasen murmullos.
—¿Salvar la empresa? ¿La empresa va mal? —dijo uno de los pocos que hablaba inglés con cara de preocupación.
Harry entró por la puerta en ese momento, Louis entró en pánico, empezando a hablar en sueco, con un tono de voz bastante alto y firme, con su cara completamente seria, rozando lo enojado.
—Väldigt bra vänner! Här tror vår gäst Mr Styles att skrik och befallningar ökar de anställdas produktivitet. // ¡Muy bien, amigos! Aquí, nuestro invitado, el señor Styles, cree que gritar y dar órdenes aumenta la productividad de los empleados.
Los suecos empezaron a reír, pero Louis los frenó con otro grito y un gesto autoritario que hizo a Harry encogerse y por poco, derramar su taza de chocolate.
—Skratta inte! Håll huvudet nere som om du är rädd. Lämna presenterna i bänkarna och låtsas att du jobbar. Nu! // ¡No riáis! Agachad la cabeza como si estuvieseis asustados. Dejad los regalos en los bancos y haced como que trabajáis. ¡Ahora mismo!
Cuando todos volvieron a sus quehaceres agachando la cabeza mordiendo una sonrisa, Louis se acercó a Mary, una adorable mujer que estaba temblando por aguantarse la risa y le dijo en tono firme.
—Jag vill inte se henne skratta, Karina. Då ska jag ge henne hennes gåva, för ögonblicket om hon darrar, få det att se ut som om hon är rädd. // No quiero verla reír, Karina. Después le daré su regalo, por el momento si tiembla, que parezca que es por miedo.
Ella lo miró con ojos cariñosos, pero agachó la cabeza, ocultando su sonrisa y siguiendo con su faena.
Harry se preocupó al instante, pero un sonido ahogado llamó su atención, giró un poco y vio a tres adolescentes respirando fuerte y ponerse rojos para no reír.
Se acercó a Louis, quien en ese momento se giraba hacia él, sorprendido, como si lo hubiese visto por primera vez.
—Oh, has vuelto. Solo estaba... ya sabes—dijo mirando a sus empleados—. Hablando con los equipos, a veces hace falta ser duro.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que llegue Navidad
RomanceHarry Styles trabaja en un bufete de préstamos, uno de los deudores está en la quiebra y debe viajar a Kiruna para liquidar la fábrica de Tomlinson Toys. Lo que en un inicio parecía un plan sencillo, se acabó transformando en mucho más de lo espera...