Capítulo V

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El ceño fruncido de Harry duró por lo menos una hora. Aquella mañana, al despertar, se encontró a Zayn en la cocina, desayunando con los niños y le explicó que hoy lo llevaría él a la fábrica. ¿Podría ser que Louis se sintiera incómodo con él por su charla del día anterior?

Por más que preguntó, Zayn no soltó prenda. Se sorprendió al ver que los niños también iban con ellos, y tenían grandes sonrisas en sus rostros.

Cuando llegaron a la entrada principal, todo el mundo estaba en movimiento, cargando grandes cajas de palés y movilizando las furgonetas más grandes que Harry había visto desde que llegaron.

Un Louis con una gran sonrisa se dio la vuelta desde donde estaba firmando unos papeles y se acercó a ellos.

¡God morgon! // Buenos días. —abrazó a sus sobrinos cuando estos lo saludaron—. Y gracias por traer al letrado y los niños Zayn, te debo una, amigo —dijo guiñándole un ojo.

El moreno rodó los ojos y le tiró las llaves de la camioneta.

—Iré a revisar que está todo listo. ¿Conduciré el V-5, verdad?

—Así es, no he dejado que nadie te quite a tu niña —dijo burlón, ignorando el dedo de en medio que le sacó el otro. Se giró hacia Harry—. Buenos días, Harry Styles.

—Buenos días...—dijo aun frunciendo el ceño—. Por más que le pregunté a Zayn, no me dijo nada.  ¿Por qué tanto misterio?

Louis se agachó para decirle algo a los niños y ellos entraron corriendo al taller. Él se acercó a Harry para guiarlo a uno de los camiones, invitándolo a entrar en el asiento del copiloto. Poco tiempo después, arrancaron, haciendo sonar el cláxon para avisar a todos que ya se iban y que los siguieran.

—Cada año, durante el mes de noviembre, hacemos una recolecta—empezó Louis tras un rato, ganándose la completa atención del rizado—. Las familias pueden venir a la empresa a  dejar los juguetes que sean viejos o que ya no usen y nuestro servicio de reparación se encarga de arreglarlos. Después,  estos son entregados a los orfanatos de los pueblos vecinos, se hace con el objetivo de que todos los niños reciban regalos en navidad. También añadimos algunos juguetes nuevos como una prueba a ver cuánto les gusta y en qué edades, por lo que además de recibir juguetes reparados, también estrenan otros.

Harry se encontraba sonriendo antes de darse cuenta. El hombre frente a él era increíblemente generoso.

—Eso es precioso, Louis.

—Gracias— respondió él sin apartar la vista de la carretera, ocultando el sonrojo de sus mejillas.—Quería llevarte allí para que veas como es, es una sensación increíble ver sus rostros felices al jugar con juguetes nuevos y- —lo miró brevemente pero amenazante—. Lo más importante, no te rías de Zayn.

Harry se rio entre dientes.

—¿Por qué lo haría? 

—Solo promete que no lo harás.

—Lo prometo—dijo él levantando la mano a modo de juramento.

✨✨✨✨

En cuanto llegaron, Harry empezó a entender el funcionamiento de lo que iban a hacer. En el camión que iban ellos estaban Louis, Zayn, los iños y Hary, y el resto de camiones iban a otros dos orfanatos más. 

Harry veía a gente que trabajaba en la juguetería y gente del orfanato hacer cadena humana para entrar las cajas de juguetes al edificio. Por supuesto,  él se unió junto a Louis y los niños para ayudar.

Al entrar, fueron recibidos calurosamente por abrazos, besos y muchas sonrisas.

Había al menos unos 150 niños, Harry se preguntó como era posible que en un pueblo tan pequeño, hubiera tantos huérfanos.

Hasta que llegue NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora