Quince

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Jaina

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Jaina

—Esto lo envía Ragen —avisó Antoni dejando una pastilla blanca sobre la mesa.

No soy tonta, sé para qué es.

—¿Noche movida? —asentí avergonzada al ser descubierta—. Con esa pastillas evitarás tener un indeseable.

—¿Así llaman a los bebés?

—Si, Verna está comenzando a ser ostigada para tener un indeseable para seguir con el legado de—

Asustado se calló por la información que soltó.

—¿De qué? —dije tomando la pastilla.

—Nada, herencia familiar. Quieren que tenga un bebé fuerte con buenos genes, Ragen es el adecuado para eso.

Giré a un costado para escupir el agua.

Su noticia me tomó de sorpresa, una desagradable, un vacío se situó en el fondo de mi estómago pero evité vomitar.

—¿Acaso sus genes son tan especiales? —traté de sonar despreocupada pero soy un asco para ocultar mis emociones.

—Demasiado, lástima que él no quiera arruinar su vida con críos.

—Aún es joven para eso.

—Yo quisiera tener hijos —sus ojos oscuros bajaron a sus manos—. Pero Emett no quiere adoptar.

Parpadeo un par de veces asimilando las bombas de información que no deja de soltar.

—Espera un momento, ¿son pareja?

—Oh, sí, lo somos.

—Pero Shun se acostó con él y tu—

—Soy completamente gay —interrumpió aclarando mis dudas—. Él es bisexual, acordamos estar con otras personas pero hasta ahora no he logrado estar con alguien, a diferencia de él.

Se escuchó herido.

—Tú y Riley, ¿no lo hicieron?

—No, sólo hablé con ella. Si Emett es feliz durmiendo con otras chicas yo soy feliz aunque eso me duela.

—Pero es injusto.

—Emett fue uno de los primeros en aceptarme tal como soy, con cicatrices y traumas, él es mi todo, pero no sé si soy lo mismo para él, soy débil y vulnerable.

Tomé sus manos, están frías y con algunos callos.

No me parece correcto que prefiera sufrir viendo a Emett con alguien más con tal de ser su pareja.

—No se mucho de relaciones pero deberías decirle lo que sientes, después de todo son pareja.

—¿Puedo confesarte algo?

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