Tiene una cadera para morirse (SAVE)

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A decir verdad, Luo Binghe no se enteró del inusual estado de su esposo sino mucho después, cuando vinieron a informarle que algo andaba mal con su shizun.

Recientemente el Emperador del mundo de los demonios se estaba dedicado a sus labores reales con más ahincó para tener más tiempo en el futuro y dedicarlo a viajar con su shizun, ya que no le gustó mucho que el inmortal decidiera aventurarse a una misión con otros hombres y no con él.

"Quédate a hacer tu trabajo, compórtate como el emperador que pretendes ser, de lo contrario, dirán que solo eres labia."

Como siempre, Shen Qingqiu tenía toda la razón y fue por eso que paso tres días enteros en el mundo de los demonios, lidiando con una rebelión aquí, papeleo por allá, una conquista de frontera por otro lado...Obtendría suficiente mérito y tiempo para llevarse a su shizun pronto a una aventura que pudieran disfrutar entre los dos.

Porque bien sabía que Shen Qingqui, a pesar de su apariencia elegante y reservada, era un amante de la investigación y de los nuevos descubrimientos. Como Luo Binghe no deseaba obstaculizar su pasión, le dio el visto bueno.

Adicionalmente, ordeno a Shang Qinghua que lo acompañara para vigilarlo. Después de todo, Shang Qinghua podrá ser un atolondrado y pésimo luchador, pero sin duda tenía la confianza de su shizun y solo a él aceptaría en un viaje de suceder cualquier cosa. Si a Mobei-jun no le gusto privarse de su prometido, no fue contra las ordenes de su señor. Luo Binghe también endulzo la cosa diciendo que Qinghua necesitaba vacaciones, lo que entibio el temperamento de Mobei-jun.

Por lo tanto, a Luo Binghe no le interesó mucho lo que pasaría con Shang Quinhua hasta que este fue el primero en regresar, diciendo algo que nadie nunca había escuchado de él.

— Mi señor, por favor, solicito una misión para ayudar a la unificación de los reinos. ¡Déjeme luchar en su nombre!

Luo Binghe estaba tan conmocionado que no sabía si golpearlo o reír.

Sha Hualing se carcajeo como nunca.

Para ser un demonio de hielo, Mobei-jun se convirtió en una estatua congelada, quedándose muy quieto mientras veía a su pequeño y chistoso humano hablar sobre salir a pelear.

— Creo que está enfermo, con permiso, me lo llevo.

— ¡Quiero ir a luchar!

Shang Qinghua no paro de insistir, con una mirada feroz y un cuerpo repentinamente lánguido que podía escabullirse de Mobei-jun por su baja altura.

Luo Binghe miro con indiferencia como su mejor subordinado perseguía a un hámster desobediente por su salón de guerra antes que el aire se congelase y Shang Qinghua fuera paralizado con los pies fríos.

— ¡No me hagas esto! ¿Por qué no me das crédito? Me crees débil y seré tu esposo. ¿No ves que estas faltándome el respeto así, mi rey?

Nadie había escuchado nunca a ese débil y cobarde hombre hablar con tanta fuerza hacia su rey; Mobei-jun estaba impresionado.

Sha Hualing no dejaba de reírse y su emperador decidió que no tenía tiempo para juegos.

— Yo también me voy. Si el tío volvió, mi shizun también.

— Vaya, mi señor. Nosotros nos encargamos— musito Sha Hualing, tratando de verse digna cuando estaba ruborizada de tanta risa y se tocaba el estómago repetidamente.

Todavía podían oírse las declaraciones osadas de Shan Qinghua mientras era llevado en la espada de su futuro esposo.

Luo Binghe se dijo a si mismo que este comportamiento anormal podría deberse a la próxima boda. Probablemente Shang Qinghua quería demostrar su valía haciendo algo de provecho para los demonios y ganarse su favor...Ah, eso debe ser. El amor es así de curioso, cambiando a la gente.

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