Un espectáculo solo para mi (SAVE)

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Luo Binghe cargo a su shizun al palacio del reino de los demonios, porque de ningún modo iba a quedarse a oír a esos discípulos atrevidos pedir otro baile, para volver a estar en control y hacerle las mil preguntas.

Shen Qingqiu respondió del mismo modo cada vez.

— ¿Qué más hay? Quiero cantar y bailar.

El grandioso maestro lleno de gracia que siempre ha perseguido sus sueños de juventud y calurosas primaveras, estaba diciéndole con una mirada hermosa y una boca tierna que quiere lo mismo que una señorita en sus quince años.

Hay algo muy mal aquí.

A Luo Binghe le gusta que su shizun y esposo sea más abierto con sus emociones, que le diga que quiere o que caprichos puede tener. Sabe que Shen Qingqiu es un hombre reprimido y con mucho orgullo por su posición, un título que mantener y un cargo que honrar. Por lo tanto sabe que, en algún momento, su shizun habrá dejado de tener deseos propios o pequeños gustos a favor de convertirse en un maestro ejemplar como lo es, esforzándose por otros y pensando en el bien común.

Pero esto va más allá que solo "darse un gusto" y puede afirmarlo porque Mobei-jun, hasta hace poco, le comunico que Shang Qinghua no para de decir que quiere ir a pelear y de mala gana, tuvo que ceder diciéndole que irían a cierto lugar para combatir. Mobei-jun no era de grandes estrategias y mucho menos sabia mentir, nunca tuvo necesidad de ello, pero Shang Qinghua insistió tanto que debía aceptar su solicitud, aunque fuera a mentiras blancas.

Luo Binghe pensó si era eso lo que tenía que hacer con su propia pareja. ¿Seguirle la corriente? Era lo más indicado, después de todo, hacer sentir bien a tu amado, solo que... ¿Por qué Shen Qingqiu insiste en hacerlo a la vista de todos? Sea su intención o no, llama la atención poderosamente. ¡Y sus bailes son exóticos, de otro mundo! ¿Cómo no quedar boquiabierto?

Pese a que el emperador de los demonios ve perfectamente cada abertura de Shen Qingqiu, esta es difícil de clasificar. Puede llenarle el corazón de orgullo salvaje cuando la gente lo elogia por atrapar a alguien tan impresionante como su shizun, pero si su shizun hace estas cosas hermosas a la vista de otros, ¿No sería infidelidad?

Ni las lágrimas conmueven a su maestro.

— Binghe, hazme un favor.

— El que sea, shizun.

— Hagamos una ceremonia para bendecir los procesos para la unificación del mundo demoniaco y humano. Demostrarles porque esta unión puede ser pacífica y armoniosa si enseñamos los beneficios de vivir juntos y en mutuo contacto.

— Muy buena idea como siempre, shizun.

— Para ello, los anfitriones también deben ofrecer algo.

— ¿Entretenimiento? Supongo que un par de exhibiciones de diferentes técnicas u obras artísticas intercambiadas, además de compartir un poco de riqueza sería suficiente.

— Hay que enmascarar el comercio persuasivo con diversión, así será más sencillo para ambos bandos captar la naturaleza del otro y verla como un beneficio.

— ¡Es un plan brillante!

— Para acabarlo con broche de oro, Binghe, quiero terminar el evento con un baile para todos.

— No creo que eso sea...

— Quiero cantar por nuestros avances y bailar en los cimientos de esta nueva era. Binghe, no me negaras esta solicitud, ¿verdad? — Los ojos verdes de Shen Qingqiu relucen como esmeraldas y el demonio se hunde en ellos con gusto— Mi esposo sabe que pienso por un mundo justo.

— Lo sé y tienes razón, como siempre shizun es más sabio y tenaz, pero participar de algo así no está a la altura. Podrías celebrar con poesía o tocando el gujin.

— ¿Qué quieres decir? ¿Tengo que reducirme a ser la esposa que solo está de adorno? He ido a las reuniones del consejo y dado ideas para enfrentar a la oposición. He hecho mi parte y el mundo demoniaco lo sabe, ¿Por qué niegas mi reconocimiento?

— ¡No lo niego, este disci...este esposo no quiso decir nada de eso!

— Quieres tenerme como un pájaro que canta solo para ti. ¿Cómo puede ser tan egoísta el emperador de esta era?

— Shizun... no es así, créeme— suplica, pero es en vano.

Shen Qingqiu ya vio detrás de su fachada y Luo Binghe sabe que no puede combatirle con la verdad. Si no cede, sería lo mismo que faltarle el respeto e ignorar todo lo que su esposo, su shizun, su compañero, ha hecho por él. No dejarlo hacer algo por el nuevo imperio seria lo mismo que traicionar sus enseñanzas, desacreditándolo como esposo.

Sí que se la ha liado.

— Sera como shizun diga.

— Muy bien— asintió el maestro Shen, abanicándose la cara para disimular una sonrisa llena de triunfo.

Ahora, no solo debe tragarse el hecho que Shen Qingqiu bailaría para todo el mundo sino que, su shizun lo echo cuando lo encontró entrenando pasos de baile en la habitación de ambos.

— Shizun...

— Si te quedas, mantén las manos quietas. Si decides irte, sabré que maduraste.

Pero Luo Binghe no maduro, por lo que tiene que ir a dormir en otro lado. ¡En su propio palacio!

Para su suerte, o no, lo acompaña Mobei-jun que justo pasaba por ahí para informarle del nuevo trabajo que su esposo le encomendó. ¡Ja, conque shizun se le adelanto y realmente va a hacer esa ceremonia después de todo, incluso sin su permiso! Bien jugado, sabiendo que no le puede negar nada.

— ¿Y bien? — le pregunta a Mobei-jun, una vez terminan de hablar de negocios.

— Shang Qinghua me repele. Descubrió la trampa y me expulso de la habitación, diciendo que yo no lo veía como alguien capaz.

Auch, eso debió doler.

Aunque las razones de Shang Qinghua sonaban justas y razonables, no puede evitar pensar que es todo muy conveniente. Hasta Shen Qingqiu, que no necesitaba argumentos convincentes para pedirle a Luo Binghe nada sin negarse, había tenido una razón lógica para hacer lo que hace, cuando todo lo que quería era sencillamente "cantar y bailar" para una multitud.

Shang Qinghua es sorprendente, no solo por el hecho de insistir que quiere pelear, sino porque realmente despidió a Mobei-jun de sus aposentos con la ferocidad de una esposa dominante.

Al sentarse lado a lado, ambos poderosos demonios monarcas discuten sobre sus respectivas parejas y llegan a una conclusión muy obvia pero difícil de procesar.

Algo ha cambiado en sus amados y no saben qué diablos hacer para recuperar esas personalidades que le gustan.

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