III

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—¿Ehhh? ¡Es el idiota de Dong Woo!

Alguien del salón alzó la voz dando avisó de ello para atraer ciertos pares de ojos que empezaron a mirar hacia la puerta del salón.

—No sabía que eras popular, Dong Woo —comentó un tímido Baek Hyun intentando disimular las miradas nada agradables que comenzó a notar.

—No soy popular —negó el otro—. ¡Ellos me odian! —exclamó asustado antes de echar a correr y ser seguido por unos cuatro o seis muchachos que salieron detrás de él.

Baek Hyun no entendía qué estaba ocurriendo y para empeorar la situación se percató que ciertos ojos café le estaban viendo desde su carpeta. Empezó a debatir si alzar la mano en saludo o corretear a Dong Woo. Optó por lo segundo. Después de todo, Dong Woo podría necesitar ayuda.

Era la primera vez que se ponía nervioso por alguien que no fuera su papá. En sentido, de no saber qué decir o tratar la situación. Se dio tres golpes leves en la cabeza con sus nudillos, intentando reaccionar y tomar valor. Por supuesto, no para volver hacia el tercer piso, sino cuando fue tomado de la muñeca y jalado dentro de un aula vacía donde le callaron pronto la boca con una mano para que no hiciera ruido.

—Soy yo —mencionó Dong Woo en un tono bajo—. ¿Esos idiotas me siguen buscando?

Baek Hyun asintió, pues se cruzó con dos de los seis muchachos que lo buscaban.

—¿Qué les has hecho? —consultó en cuanto le quitó la mano de encima.

—Son unos malos perdedores —respondió con los hombros alzados como si no fuera su culpa—. No soportan perder conmigo en el basquetbol.

—¿Solo eso? —alzó una ceja por no creerle del todo.

—Oh, bueno... —Dong Woo se rascó el cuello acompañado de una sonrisa tímida—. Puede que haya salido con las novias de algunos —Baek Hyun se quedó sorprendido—. En mi defensa diré que no sabía que eran sus novias. Mírame, no las culpo de no haberse resistido a mí —se acarició la barbilla con un ojo cerrado y mostrando una sonrisa seductora.

Baek Hyun reafirmaba el hecho de que Dong Woo sería un buen actor.

—Con razón te odian. Y te van a matar, es un hecho. Será mejor que regreses a tu salón y yo al mío. Esperar que todo se calme y... No olvides mandarme el parte de tu funeral —no contuvo en echar una risotada por eso último.

—¿Ehhh? ¡Cómo me deseas eso! —se quejó frunciendo los labios—. Creí que eras mi amigo, Baek Hyun. No mi verdugo. Te voy a jalar las patas desde el más allá —se unió a la diversión con una mueca entre labios—. Promete dejar mis flores favoritas.

—Ni siquiera sé cuáles son —comentó, sin dejar de reír.

—Oh, verdad. Son...

Pero antes de revelar lo pedido, ambos fijaron su mirada en la manija de la puerta que empezaba a moverse a cada costado por la fuerza impuesta del otro lado, donde comenzaron a escuchar voces, varias voces señalando a...

—Byun Baek Hyun —El tutor encargado de su aula pronunció todo su nombre completo cuando fue presentado ante él en la oficina de profesores—. Con que, metiéndote en problemas, nuevamente —echó una mirada a la hoja de datos en el computador donde se podía ver cinco registros alborotadores de su parte—. Según el reporte de tu antigua escuela no eras de tener mala conducta. Algo cambió en ti desde que llegaste a esta escuela, ¿quieres hablar de eso o tendremos que dejarlo para otro nuevo registro?

Baek Hyun suspiró.

No quería dirigirse al psicólogo de la escuela y menos exponer su caso frente a varios profesores muy chismosos que se encontraban en la oficina. Por más que cada uno tenga su cubículo por separado se podía escuchar todo. Pues no fue ajeno para él de no oír como era regañado Dong Woo por su tutor. Un hombre tan cascarrabias que tenía una regla de madera golpeando la mesa y nadie parecía querer interceder en aquel lío. Menos mal fueron descubiertos por ese profesor de último año que salvó a Dong Woo de una posible paliza, pero no de un reporte.

¡No conspires contra mí! (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora