Capítulo 1

2.9K 150 11
                                    

Aegon:

Luis mi beta llaga a la mansión, trae consigo a la pequeña Diara, como lo dice su nombre es nuestro pequeño regalo. Aunque ya tiene 15 años sigue siendo nuestra pequeña, la luz en las grandes y oscuras noches llenando cada rincón de las manadas. No soy cualquier alfa sino el rey de todos ellos, el último sangre pura con vida, hoy es su cumpleaños 16 y quieren darle una sorpresa.

-Hola kostbar (preciosa) -se puede decir que soy alemán, llevo años recorriendo el mundo y ese fue uno de los primeros sitios en los que estuve. Para los humanos lo soy, a ella le gusta mucho el idioma y a mi hablarlo, haces décadas que no lo hacía.

Se acerca dándome un beso en la mejilla, provocando un escalofrío que me hiela el cuerpo.

-Pequeña cuantos beses tengo que decirte que no te acerques de esa manera a Aegon. Es una alfa demasiado fuerte, tu cercanía y olor lo aturden -su carita entristecida me rompe el alma.

-No tienes que pedir perdón, me encanta tenerte cerca, no le preste atención a ese imbécil-me agacho a su altura señalando a su hermano.

Su hermosa carita cambia regalándome una sonrisa que hace que una corriente suba por mi columna llegando a mis dedos queriendo tocarla. Siempre he reaccionado extraño a su cercanía. Luis lo sabe, se lo comenté, es como si fuera mi mate, debe ser por su aroma, es exquisito, a todos le afecta, pero a mí el que más, no es mi mate, lo sé.

Se aleja para ir al jardín acercándose a las plantas, tocándolas, apreciando su delicadeza, la misma que posee ella. Llega mi hermana que a pesar de llevarle siglos de diferencia se llevan fantástico, ambas son tan infantiles.

-Deberías tomar más distancia de ella-me recrimina su hermano, siempre ha sido muy receloso con todo lo que la rodea.

-Luis nunca le haría daño, es como mi hermana. Nunca le vería como algo más.

-No me esperaba menos. Hablamos con Mila, dijo que su mate solo la descubrirá después de su transformación. Su aroma, el que su mate sentirá, está oculto por protección, sabemos que es especial.

- ¿Es decir que cualquiera de la manada puede ser su mate?

-Exacto-refunfuña.

- ¿Como lo llevas?

-Aún faltan 2 años, pero igual lo mataré. Nadie pude tocarla, es mi niña, mi hermanita

-Jajaja realmente era un imbécil

En realidad, no me gustaba nada eso, no quería que mi kostbar tenga mate. Puede ser cualquiera y eso me desconcierta. Muchos han intentado acercarse solo por poder, la quiero conmigo, sé que es un sentimiento de hermano, pero no quiero que este con alguien más.

-Vámonos, creo que ya ha pasado el tiempo suficiente.

La llamamos, ella no habla, padece autismo, es muy inteligente, las personas de las manadas la adoran, se les ilumina el mundo cuando ella los visita. No les importa su condición, no habla y solo tiene acercamientos conmigo y su hermano, ni siquiera confía en su madre y hermana pequeña.

Todo está hermoso muy sencillo como lo prefiere. Debajo de unos grandes robles, es pleno agosto, sonríe y da pequeños saltos.

Todo fue perfecto para ella, recibió muchos regalos, las manadas la felicitaron, además de aceptar con gusto regalos humildes que ella adoraba. No le importaba la clase que tuvieran, ya fueran omegas, delatas, betas o alfas, siempre tenía una sonrisa cálida y sus hermosos ojos iluminados. Jugaba con los niños, supervisaba que todos estuvieran a gusto, sería una excelente Luna, seguramente es la mate de algún alfa y eso solo me pone más nervioso, los alfas somos dominantes y posesivos, no la quiero con alguien así, o simplemente no la quiero con nadie.

Ella no pose rango, es un regalo de la Diosa Luna para impartir balance, felicidad, amor, calma, paz, sinónimo de pureza y perfección. Eso nos ha dicho Mila una bruja muy antigua especializada en esos temas.

Es tarde ya ha oscurecido. Sus hermosos y grandes ojos negros miran con interés el bosque, su lugar preferido, un lago rodeado de flores, sé que se dirige allí y su familia también, no es para preocuparse nadie le aria daño. Generalmente me pasó horas viéndola, ya sea bañándose, pintando o escribiendo, es tan relajante observarla. Cuando pretendo seguirla soy detenido por Camila.

-Amor nos divertiremos hoy.

La miro con asco, ella es una mujer sumamente hermosa, pero para mí no es más que una puta, una de las tantas con las que acuesto. Aunque debo de admitirlo, es muy buena en la cama.

-Lo dejaremos para otro día-le digo con una sonrisa sínica, ella pone cara de cordero degollado para luego sonreírme.

-Eso espero, no me gusta compartirte con esas zorras que buscas.

-Yo no soy tuyo-me acerco golpeando su cien- que te entre en esa cabecita vana que poses. Tú no eres diferente a ellas, son de la misma especie, hora vete tengo cosas que hacer.

Realmente puedo ser un hijo de puta cuando me lo propongo, pero es la verdad, solo es sexo, buscar algo para desahogarme, pero hay ocasiones como ahora que ni así basta, por lo que no puedo impedir buscarla Diara.

Diara, ella siempre es mi calmante, me voy adentrando y siento un aroma maravilloso, vainilla combinada con flores silvestres, tan fresco, es como si el agua manchara toda mi piel.

-Mate, búscala - rugue Diallo, aunque quisiera negarme, no puedo, es como si mi alma la aclamara y mi cuerpo la necesitara.

La busco desesperado por todo el bosque, cuando veo una aparición, definitivamente es un ángel en forma de lobo, es blanca, uno tan puro, adornado por unos grandes ojos negros muy intensos. Unos que conozco a la perfección.

Corona de espinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora