Capítulo 20

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Aegon:

Me reincorporo de un salto. Estoy sobre la cama de mi cuarto, es como si algo me faltara. Toco mi corazón ya no están, sus sentimientos no están, pero su olor su marca sigue en su lugar, miro a todas partes desesperado encontrándome con todos alrededor.

- ¿Qué pasa, porque, por qué no están? -grito desesperado levantándome en un esfuerzo fallidlo, mis piernas fallan.

-Tranquilo te lo explicaremos-habla Mila-pero no te levantes.

-Ok, explíquenme.

-Rompieron el vínculo, lo que le dañe a ella ya no te daña a ti. Si ella muere tu podrás seguir viviendo, le quitaron tu marca, pero la suya sigue en ti, pero no afecta el destino del otro.

- ¿Qué? -no puede ser- ¿Pero porque, quien, como?

-Tranquilízate amigo -habla Miguel con un deje de preocupación, que los vampiros no reflejan a menos que sea algo sumamente malo.

-No, no, no puedo que está pasando-la desesperación me esta consumiendo.

-Aegon estás muy alterado-me toma de los hombros tratando de tranquilizarme con la mierda de hechizo de los vampiros, pero en mí no funciona.

-Como no quieres que lo esté. No la siento-tiro de mi cabello- no la siento, es como si me hubieran arrancado el alma, como si a ella se la uniesen hecho añicos -no responden solo se quedan en silencio.

-Díganme -demando, sé que mis ojos están escarlatas.

-El demonio nos dijo que los pergaminos hablan de la maldición de la diosa luna y de la forma de romperla que descubrieron los hechiceros.

- ¿Acaso la roca no contiene la maldición?

-No, la roca nació de un hechizo para separar almas, las almas que tienen un vínculo inquebrantable y establecer la seguridad de uno de ellos, traspasando toda la fuerza y vitalidad de uno al otro.

-Entonces nos separaron ¿Ella está bien verdad, yo moriré, pero ella estará bien? ¡Tiene que estarlo! - ¡claro que lo estará!

-No mi niño, estás sintiendo su dolor, su aroma, su esencia está en ti, porque todo su ser te acompañará siempre, se impregnó en ti, ella te dará vida, más fuerza cuando ya no esté.

-Como que cuando ya no esté-su rostro me dice lo que su boca no es capaz de pronunciar- Tengo que hacer algo, tiene que haber una salida, siempre la hay, la maldición, les diré que les ayudaré a romperla si me la devuelven.

-No hay nada que hacer mi niño, ella es la llave de la maldición, ella la rompe, ella es la maldición, su sacrificio la rompe, por eso es enviada por la diosa para ayudarnos a sobrellevar el peso de cada especie, para ayudarlos a ustedes a entender que este es su destino y que en un futuro todo volverá. Los hechiceros se dieron cuenta que si ella muere y su alma se queda en la tierra no renacerá y la maldición se rompería.

-No nana ella es tan buena, tan pura, no puede, no puede ser.

-Mi niño esa pureza es la que le convierte en lo que es. Los hechiceros oscuros unidos con algunos caídos, demonios y por supuesto lobos, lobos que tediarán que pagar un alto precio por sus servicios, buscaron un hechizo. Uno que en vez de que la profecía cumpliera su labor fuera lo contrario, pero su fuerza vital tenía que dejar rastros en la tierra, ustedes son un todo, un complemento, sin uno no existe el otro tampoco y si uno muere el otro también, pero los lobos no son como otras especies, los lobos se rieguen por pureza, el liderazgo tiene que tener un descendiente de la propia sangre de la luna y ese eres tú. Si ella moría tú lo hacías, por eso quebrantaron el vínculo, pero quedaba suelto el hecho que en la tierra tiene que habitar una parte de ella para que la maldición se rompa y convenientemente para ellos tienes su marca transmitiendo todo por ella.

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