Capítulo 1

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Rachel

Camino de forma perezosa al baño, tratando no tropezar por el sueño que me invade. Desde que comenzó el tercer mes los bebés no dejan que pase la noche sin tener que orinar al menos cinco veces.

Justo cuando estoy por encender el interruptor de la luz, escucho la puerta de la entrada cerrarse. Entro en guardia de forma automática y me coloco tras la puerta. Aprieto las manos en mi pijama, rezando que quien sea que haya entrado, vaya a otra habitación para poder huir.

Escucho el crujido de los escalones y el sonido de pasos que avanzan en mi dirección y me preparo para atacar y correr.

Siento que el corazón se me va a escapar por la boca cuando la persona hace intento de entrar al baño. No pienso, solo ataco y el extraño sujeta mi muñeca sin defenderse.

Lo escucho sisear por el golpe en la garganta y me quedo estática.

― ¿Nik? ―pregunto con cuidado.

Hago una mueca cuando el enciende la luz y me mira con una mirada poca impresionada.

― ¿Lo siento? ―murmuró, tratando de no reírme por como me mira con quejas.

―Recuerdo haberte dicho que iba a volver a esta hora Rachel. ―masculla, girándose hacia el espejo observando el moretón en su garganta.

Cubro mi boca con mi mano disponible, tratando de no soltar una carcajada.

Suelta mi muñeca y me empuja fuera del baño con una sonrisa burlona, cerrando la puerta en mi cara.

― ¡Nik! ―grito.

Lo escucho tararear, el sabe que voy al baño seguido a orinar.

― ¡Niklas! Sal del maldito baño o voy a tirar la puerta. ―insisto.

―No te escucho Rachel, habla más fuerte.

El sonido de la ducha resuena a través de la puerta y aprieto las piernas conteniendo las ganas de orinar.

Hombre perro. Lo voy a matar.

Me siento a un lado de la puerta, con el ceño fruncido esperando que salga.

― ¿Rachel? ―llama.

No respondo.

― ¿Rachel? ―repite.

Giro los ojos.

Escucho el seguro de la puerta y veo como Niklas da un paso fuera buscándome.

Aprovecho que estoy sentada en el suelo y golpeo la parte posterior de sus rodillas haciéndolo tropezar hacia adelante. Me levanto con rapidez y lo empujo fuera del baño, cerrando la puerta tras de mí.

Cierro la llave de la ducha y lo regaño en mi mente, no se estaba duchando, solo quería molestarme.

Cinco minutos después salgo del baño e ignoro como Nik hace amague de hablarme.

―Rachel, era una broma. ―se cruza frente a mí, haciendo una falsa mueca de pena.

Me burlo y paso por su lado.

―Mañana haré del desayuno. ―concilia.

―Lo ibas a hacer de todas maneras. ―sigo caminando con el siguiéndome pocos pasos atrás.

Si no quiere morir envenenado, el tiene que cocinar y alimentarnos a ambos.

―Compraré lo que quieras cuando vayamos al centro comercial. ―suspira.

Sonrió suavemente y me giro hacia él. ―Nik, fue una broma, claro que no me moleste, pero gracias por ser tan generoso. Aceptaré tu oferta.

Gira los ojos y bufa.

FANFIC PECADOS PLACENTEROS (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora