Epilogo

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Niklas

10 años después

―Papá, ¿Cuándo se supone que vuelven? Queremos pizza y el abuelo Alex no quiere pedir porque dice que comimos ayer. ―se quejó Milenka por teléfono y sonreí sin quererlo.

―Dile al abuelo Christian.

―Yo estoy del lado de Alex en esto. ―salto la voz de mi padre en el fondo y miré a Rachel que se reía a mi lado.

―Son aburridos, por eso prefiero al abuelo Rick. ―Milenka se alejo del celular y sonidos indignados invadieron la línea telefónica.

―Papá, ¿mamá esta a tu lado? Dile que Franz la extraña. ―murmuró Owen y mi esposa se adelantó a quitarme el celular para ponerlo en altavoz.

Franz no hablaba, acababa de cumplir dos años. Owen la extrañaba y no quería decirlo el mismo.

―Bebé, mamá te extraña mucho. También extraña a tus hermanos muchísimo. Volveremos más tardar mañana para tu competencia. ―persuadió a Owen.

―Mm. Te echo de menos. ―terminó por decir en voz baja.

― ¿A mí no me extrañas? ―fingí ser lamentable.

Se detuvo por un momento. ―También te extraño papá, pero menos que a mamá.

Inhale de forma indignada. ―Owen Niklas James-Müller, acabas de herir mis sentimientos.

―Tu dijiste que fuera honesto. ―acusó.

Acababa de dispararme en el pie. ―Yo si te extraño mucho papá. ―Gritó Milenka y sonreí con presunción hacia Rachel, quien giro los ojos.

―Por cierto. Vinzenz esta durmiendo una siesta con Mina, Annika y Alphonse. Por eso no esta aquí. ―informó como un pequeño adulto.

―Bueno corazón. Cuando despierte le dices que volvemos mañana.

―Está bien. Cuídense. ―se despidió. ―Los queremos mucho. ―se escuchó la voz de una niña y la llamada se colgó.

Milenka era muy de demostrar afecto mientras que Owen era todo lo contrario, si no fuera por sus apariencias tan similares dudaría que fueran hermanos. Vinzenz por otro lado era nuestro tercer hijo de cinco años que apenas y se le veía por la casa, le gustaba dormir mucho y Franz que acababa de cumplir dos años recientemente, el apenas ocupaba un espacio en el universo.

―Toda la familia está en casa. ―suspiró mi esposa a mi lado y la miré con cariño.

― ¿Quieres volver? ―pregunté acariciando su muslo.

Levanto una ceja ante mi movimiento. ―Extraño a nuestros bebés, pero...―se lamió los labios y abrió ligeramente las piernas. ―Me gusta mucho su padre.

Sonreí mientras la llevaba hacia mi regazo. ―Me alegro ser de tu gusto bebé. ―dije mientras chupaba su cuello.

―Ya tienes canas abuelo. ―toco el pelo de mis costados y la presione mas contra mí ante su distracción.

―Y tu sigues siendo tan joven como siempre. ―metí mis manos en su vestido para tocar sus pechos.

Ella se río y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello antes de soltar un jadeo ante mi apretón en sus pezones.

Subí su vestido por completo hasta quitarlo. Sujete sus caderas mientras disfrutaba de la vista de ella semidesnuda a horcajadas sobre mi cuerpo, pensando que se vería mucho mejor con mi polla en su interior.

No me moví y saboreé la sensación de presión sobre mí mientras me miraba medio molesta.

― ¿Impaciente? ―me adelanté a morder sus labios.

FANFIC PECADOS PLACENTEROS (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora