¿Nuevos amigos?

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Astrid Selwyn

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Astrid Selwyn

El silencio abundaba en el salón de clases de transformación, era la hora de la profesora McGonagall, solo que no había nadie en el aula a excepción de dos personas y un gato. La primera persona era un chico pelinegro y la segunda era alguien que no soportaba, Malfoy.

—— Hola, Selwyn —— saludo con su típica voz egocéntrica.

—— ¿Qué quieres Malfoy? —— pregunté —— ¿Quiéres  fastidiarme la vida? —— era obvia la respuesta a la pregunta, pero... Este chico era un caso perdido, y también me sacaba de mis cabales.

—— Tal vez —— respondió —— ¿Cómo están tus padres y tus hermanos? —— pregunto, pero al mismo tiempo se estuvo acercando más a mi, tratando de intimidarme, pero no lo logro, solo hizo que me enojara aún más.

Quería golpearlo, pero era alguien que no valía ni mi tiempo.

—— Alejate Malfoy.

—— O si no ¿Qué?

Esto ya me estaba hartando, apreté más mi puño, casi, casi, enterrando me las uñas.

—— Disculpen, pero hay más personas en esta habitación —— dijo el pelinegro.

—— ¿Quién te crees que eres? —— pregunto Malfoy, totalmente irritado.

—— Sebastián Schneider, un placer —— se presentó —— Y te agradecería que dejaras a la niña en paz, no quiero que nos bajen puntos ¿Verdad profesora McGonagall?

El gato que estaba sobre la mesa, se convirtió en la profesora. Era fascinate el gran talento que tenía la profesora, pero, lo que decía el chico era cierto. No podemos darnos el lujo de crear problemas.

—— Así es, señor Schneider —— hablo —— Y les agradecería que se fueran a sentar a sus lugares —— señalo a todos los asientos vacíos.

Empujé a Malfoy para que me dejara pasar y me senté en un lugar aislado y pacífico, gozando de la tranquilidad que ahora tenía, pero no duró mucho, pues Schneider se sentó a mi lado.

—— Gracias por intervenir —— dije
—— Creo que sí no hablabas, hubiera golpeado a Malfoy y tal vez tendría problemas.

—— No hay de que...

—— Astrid —— dije mi nombre —— Astrid Selwyn.

—— No hay de que agradecer Astrid —— hablo de forma tranquila —— Yo soy Sebastián Schneider —— volvió a presentarse.

—— Un placer en conocerte.

—— El placer es mutuo —— comento

Nos quedamos hablando entre nosotros, era realmente un gran niño, el tiempo de paso volando, mientras hablábamos, realmente no note cuando el salón se estuvo llenando de los demás estudiantes.

Armadura de valentía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora