¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Puta madre! ¡Dispara, dispara!-El resonante grito desesperado se extendió sobre la habitación repleta de cajas.
Iba a ser un trabajo fácil decían... Pues no lo fue.
Los estallidos causaban breves momentos de luz, iluminando el miedo en sus rostros y el causante de ello. El sudor caía sobre los temblorosos labios de cada uno, tratando y fallando, en ocultar su situación.
La astillada madera crujía bajo el fluido movimiento de quién atacaba, saltando y rodando para evitar entrar en las zonas de fuego. Por más loco que pareciera, la verdadera desventaja estaba en quienes el equipamiento tenían.
-(¡De entre todos los imbéciles que juegan al superhéroe! ¡¿Por qué él?!)-No lo comprendía, tenía un negocio excelente entre manos, distribuía y seguía su camino. Había funcionado perfectamente tiempo atrás.
Al ritmo que iba hasta un nombre podría hacerse y sin embargo... El siguiente paso en su ascensión sería denegado.
-¡Escúchame Mark! ¡Necesito que...!-Cuando volteo a ver, su trabajador, aquel que debía darle apoyo en toda la situación... Estaba inconsciente.
Alarmado por ello dejo de disparar, corriendo en zigzag hasta lograr apoyarse en otra caja de fácilmente el doble de su tamaño, su respiración era agitada, con las manos temblorosas por el miedo y sin poder recargar el arma.
El cargador cayó al suelo, generando maldiciones por su parte ante tal error estúpido.
-Maldita sea. ¿Por que carajos esta sucediendo esto?-Susurrando se cuestionó, furioso y asustado por el desarrollo de las cosas.
Sin notar que una figura se encontraba arriba suya.
-Porque eso es lo que le depara a la gente como tú.-Las palabras lo dejaron helado, su sentencia acababa de ser firmada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El golpe consecuente a las palabras dichas no fue captado por su vista, todo lo que quedó en él fue pura y completa oscuridad.
Sin embargo, un muchacho quedaba en el lugar, ocultó por el terror de la situación. ¡Él era un novato por amor a Dios! ¡Solo buscaba dinero para ayudar en casa! ¡Nunca pidió tal cosa!.
