XXV

600 83 44
                                    

Fuerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fuerte.

El Duende era jodidamente fuerte, cada golpe que enviaba costaba evitarlo aún más que el anterior. Peter se encontró realmente sorprendido por el hecho de poder mantenerse al día.

Pero una parte de el, minúscula más no insignificante, ardía con mayor determinación tras cada ataque repelido.

¿Era la sensación de estar en relativa paz con el recuerdo de Ben? ¿Alcanzar los límites de sus ya de por sí locos poderes? No lo sabía, tampoco le interesaba.

Magullado, sangre corriendo sobre las partes desprotegidas de su máscara y con moretones en el cuerpo difíciles de curar. Pero aún así, luchando con la cabeza en alto.

Porque el propuso alcanzar ese último round, terminar la batalla que con tanta determinación empezó. Y eso, era combustible para el tanque de pelea que representaba.

-¿Que pasa Duende? ¿La vejez por fin te está alcanzando?.-Con una gracia maestra evito el atril enviado hacía su persona, la diversión ocultando el dolor que esos movimientos le provocaban.-Amigo, deberías tenerle más respeto a las instituciones educativas, este era un gran auditorio hasta no mucho atrás.

Disparando una red de telaraña se columpio por los alrededores del demolido espacio cuadrado. Sus pulcras paredes blancas manchadas brevemente producto del fuego activo y las mesas dispuestas ahora nada más que astillas en su mayoría.

Definitivamente estaban haciendo un número curioso con el lugar.

-¿Eso a quien le importa?-Imperturbable respondió el Duende, intercalando llamaradas entre sus brazos.-Soy un demonio, mientras cumpla el objetivo previsto, el resto vale menos que nada.

Una peculiar bola de fuego logro fundir parte de su red, obligándolo a improvisar un aterrizaje forzoso sobre una de las sobrevivientes mesas.

-(Mis rodillas me harán sentirlo luego)-Descarto el pensamiento, habían dolores aún más grandes que debería enfrentar más tarde.-Entonces... Un demonio, ¿Algo más que deba saber?

Su sonrisa cómplice fue vista por el enemigo, después de todo la máscara que lo cubría estaba dañada en esa zona.

-Je... Nada que sea de tu incumbencia realmente.-Tomando un enfoque agresivo el Duende atacó, asombrosamente veloz a pesar de su tamaño y forma.-¡Después de todo, la muerte es lo que te espera!.

Un derechazo fue ágilmente esquivado, seguido de un golpe con la izquierda y una reversa nuevamente con la derecha.

Peter estaba seguro que no sufría de mareos por el hecho de que su Sentido Arácnido estaba trabajando a toda marcha.

Aún así, no deseando explotar aquella ventaja aún más optó por defenderse. Costo al principio, encontrar un patrón el cual poder seguir y aprovechar las aberturas, pero su mente prodigiosa eventualmente lo haría.

La mitad que sobreviveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora