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Hyunjin abrazó a Seungmin dejando escapar unas lágrimas, el castaño le sonrió y le dio unas palmaditas en su espalda.
—Lo lograste— le dijo sin prestarle atención a la mujer que había salido despavorida y enojada del juzgado.
—No Min, lo logramos, juntos.
Ese día regresaron a casa para celebrar, los cinco, con Donghyuk y el abogado que los había ayudado. Cenaron alitas, sólo porque Jeongin así lo quiso y hamburguesas con papitas.
—¿Crees que ella venga a verlo? — preguntó Seungmin a Hyunjin en la cocina.
—Tiene derecho.
—Los jueves son suyos, pero la verdad ella no se veía con muchas ganas, aunque sé que algún día se arrepentirá y querrá estar con Jeongin.
—No se lo impediré, es su madre después de todo ¿Espero no te moleste?
—No lo hace, pero me preocupa Jeongin.
—Será difícil, pero con nuestro apoyo saldrá adelante— Hyunjin tomó su mano— ya sé que hablamos de esto hace algunas semanas, antes de que te fueras y tengo miedo de que lo hagas de nuevo ahora que quiero retomar el tema, pero...
—¿De qué hablas? — preguntó nervioso, Hyunjin deslizo un pequeño anillo en su dedo anular.
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