Visita a la prisión.

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Omegas al poder
Esta historia es diferente, ya saben. Siempre yo queriendo ser única y diferente, y quiero hacer mi omegaverse, XD con juegos de azar y mujerzuelas. Para quien no me conozca, me gustan las cosas oscuras, un poquito el sadismo, y también en ocasiones la comedia y el romance, la comedia negra. XD
Ya hace falta ver un omegaverse con un Sasuke bien pinche loquito ¿no? Como se le suele votar a nuestro adorado Uchiha, ya sabemos que Sasuke sin traumas es un amor, pero con traumas es medio loquito. Y las paga Naruto, quien a mi manera de ver no está cuerdo, pero lo amo. Disfruten la historia, si, ya está completa XD, no iba a subir hasta que estuviese completa, ¿cuando actualizo? Cuando me siento inspirada de revisar la ortografía. Imagínense, si así leen cada cosa, siendo que pseudoreviso. Y ya voy a terminar mi otra historia juejue
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Los alfas siempre se caracterizaron por su gran fuerza física, vitalidad, agilidad, inteligencia emocional. Así como algunos tendrían la oportunidad de imitar algún estado animal, en las guerras siempre eran los que llevaban la batuta, y por ende. Las de ganar, los alfas cambiantes no son lo más común, incluso  se llegan a llamar mounstros. En algunos casos, demasiado agresivos, pierden el control.
Un omega, criaturas fértiles, inteligentes, astutas, manipuladoras. Pero por mucho, menos fuerza física, una minoría. Tratados como piedras preciosas a las que no cualquiera podría tener acceso. Son demasiado inteligentes, se tienden a menospreciar bastante, y tomarlos como débiles, pero no son débiles.
Betas, compartían un poco de ambos grupos, en general, un mejor sentido del olfato que el promedio de los humanos, más fuerte físicamente que los omegas. En ocasiones, eventualmente una pareja de betas podría concebir un alfa u omega, si se apareaban con otro beta, y si poseían un omega. Era casi seguro que su descendencia sería un omega garantizado.
Y humanos en general, los cuales, la única diferencia de los betas, eran más débiles. Personas comunes y corrientes, sin nada o poco que aportar, que podrían aparearse con un omega, y tener un beta.

En algún momento alguien insinuó que los omegas no deberían servir más que para que estar en casa, eran criaturas fértiles,  no aportaban mucho a su manera de pensar. Al pobre imbecil que se le ocurrió decir eso acabó decapitado por Madara Uchiha, un omega nada dócil. Quien, en compañía de su pareja, crearon un imperio, o más bien, una prisión. Fue así como los alfas empezaron a usar collares, después de la guerra muchos acabaron con resentimientos. Puesto que fueron reducidos en gran cantidad, para poder calmar sus instintos, el odio.
Los alfas estarán colocados principalmente en puestos de batalla, contra otros países.

Los betas y omegas tendrán el control, usando a los alfas para su propio beneficio, gobernando incluso sobre los humanos. Si un alfa se sale del camino tendrá que ser sacrificado. De esa manera pueden funcionar, los alfas son agresivos, instintivos. Crueles, no piensan, no son capaces de razonar. Y esa es la mentalidad del mundo en el que se mueven.

Todos en la clase se encontraban esuchando la historia, claramente la mayoría de sus compañeros se encontraban ansiosos haciendo comentarios al aire, escuchaba bastante sobre sus compañeros betas.
—Oye Sasuke. —dijo uno, sentándose en el escritorio. —¿Por qué no intentas nada con Hyuuga? —preguntó con notoria curiosidad. El infeliz de Suigetsu. —Seguro que tendrían buena oportunidad, además que sus hijos serían bestiales...
—No me interesa Hinata.
—¿Por qué? —preguntó otro compañero más. —Jamás te hemos visto involucrado con nadie.
—No soy tan instintivo como ustedes. —fue la respuesta escueta. No faltaba mucho para salir de la escuela. Sasuke miró a Hinata y esta se encontraba intimidada. Miró con gesto aburrido a la mujer, claramente que no estaba interesado en ella. Pero también era un poco incomodo que hubiese tantos omegas detrás de él. Bufó.
—¿Sasuke?  ¿Puedes ayudarme? —pidió una omega odiosa, la cual les fastidiaba demasiado.
—¿A qué?
—Bueno.... Quería saber si podrías explicarme sobre el tema de finanzas. No entendí.
—quizás deberías pasar menos tiempo arreglándote y más tiempo estudiando. —dijo a rubia antes de despedirla. Los betas no entendían como es que el bastardo del Uchiha era tan grosero con sus compañeros. Los omegas estaban para ser adorados, consentidos, mimados. No para ser despreciados, notoriamente Uchiha Sasuke era el único inmune a sus encantos. Y eso les fastidiaba, porque a pesar de que las tratara mal, iban detrás de él, como abejas a la miel... o más bien, buitres a un cuerpo podrido.
—Tenemos los resultados de las universidad.  La lista de aceptados será publicada en la página de la escuela, traten de no saturar el sistema. —fue lo que dijo un maestro. —Los omegas que sean admitidos. Deberán ser escoltados por un alfa o en su defecto, deberán ser emparentados con un beta. Como saben, ha habido ataques frecuentes a omegas por parte de alfas salvajes, esto se hace como una medida preventiva.
A Sasuke le enfermó el comentario, ¿emparentados? Menudos omegas patéticos, débiles.  Sasuke abandonó el recinto apenas terminó, sobre todo porque no faltó la omega que le pidió protección, para poder cumplir sus sueños de ir a la puta  universidad. Lo que más le cabreó, es que tendría que ir con un puto registro de género a la universidad.  Se sintió mal y acudió a la enfermería, donde se encontraba una enfermera y su asistente. La joven alfa se puso nerviosa al verlo, y tartamudeó algo inteligible.
—Joven Sasuke.... Em. Yo, buen día.
—¿donde está Shizune?
—Bueno.... Ella. Está recogiendo las muestras. —Sasuke examinó a la menuda mujer de pies a cabeza, joven, delicada fisicamente hablando. Porque la mujer era un alfa,  y solo era apariencia. Era jodidamente fuerte, no por nada era ella la que cargaba los cuerpos heridos y las cajas de equipos y se hacía cargo del mantenimiento de la escuela. La mayoría de los betas se burlarían de ella y la tratarían mal, a él, la mujer le fastidiaba y desesperaba. Aunque bueno, no es que pudiese oponer resistencia con ese collar en el cuerpo.
Pero era alfa gritaba sumisión  y lo odiaba.  —¿qué puedo hacer por ti?
—vine por unos medicamentos. ¿Puedes dármelos?
—Emm. Si claro. —ella contestó inmediatamente. A pesar de lo nerviosa que estaba, se apresuró a surtir todo.
—Vale...
Sasuke  vio a unos betas pasar, insultando a la mujer alfa. Antes de que ellos pudiesen seguir diciendo algo, Sasuke le cerró la puerta a la mujer alfa en la cara, los otros betas palidecieron un poco, pero se burlaron por lo grosero que fue joven. Sakura esbozó una sonrisa suave, y tierna. El joven Uchiha tenía maneras raras de actuar, pero sabía que cerró la puerta para que no continuasen burlándose de ella. Y la verdad, es que ella estaba demasiado enamorada. Deseaba con todo su corazón, que Sasuke la escogiese a ella apenas supo de la convocatoria. Haría lo que Sasuke le pidiese sin pensarlo dos veces, con tal de estar a su lado.
Vaya, era más patética que los omegas que iban detrás de él.
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Sasuke se tomó los medicamentos de golpe, odió cada segundo a los putos omegas débiles que solo jodían la vida necesitando protección. Pasó por su pequeño local, uno de muchos. No eran pocos los que sabían que la pequeña cafetería, al igual que casi todos los puestos de la preparatoria le pertenecían a él, no a su familia. A él.
Igual que muchos otros restaurantes del área.
Fastidiado, manejaba a una velocidad nada decente, por la avenida principal, el motor se escuchaba resonar, no le importaba lo que pudiesen decir los oficiales de tránsito. Incluso aparcó con gesto descuidado, en garage de su casa. Escuchaba la radio, las noticias en particular, odiaba escuchar música cuando manejaba, lo consideraba una pérdida de tiempo, necesitaba estar actualizado. Al pendiente de todo. Empujó la puerta sin cuidado, la cerró de igual manera. Aspiró el suave aroma a lavanda de las flores del jardín de su madre, las cuales tuvo cuidado de no pisar.
Sasuke Uchiha empujó la puerta del automóvil, y salió con gracia y seguridad, algo que solamente una persona como él podría dar a conocer, desde que encontró la manera de inpendizarse financieramente de sus padres, dependía muy poco o mínimamente, quizás el auto era demasiado ostentoso. Pero era una manera de reafirmarle a su padre que no necesitaba de nada ni de nadie, y por su puesto. La mayor parte de sus decisiones eran tomadas por él, y de vez en cuando. Cuando la ley lo obligaba, tendría que consultar a su padre.  Le dijeron que no era necesario que asistiese a escuela, pero con el consentimiento de su madre, lo hizo.

Mi alfa, mi esclavo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora