Debút

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Kiba se acercó entre la multitud de manera sigilosa. Traer un collar falso, comportarse como un perro obediente le permitía pasar desapercibido, solo era un conserje más. El aroma a perro mojado, auyentaba a la mayoría, incluso a sus compañeros alfa. Tendría que recordar vagamente las ordenes de Shikamaru, mantenerse lo más discreto posible, bajo perfil, pero lo suficiente como para poder acercarse y escuchar donde estaba Naruto, ambos eran igual de idiotas. Kiba tendría cierta capacidad para socializar, por lo que mientras cargaba su bote de basura, se acercaba a escuchar donde es que se encontraban los alfas fuertes.
—¡Tú!, novato! —alguien llamó su atención, el alfa se giró. Aparentemente no estaba llamando la atención, o eso se dijo a si mismo. —Tienes demasiada fuerza.—señaló lo evidente con un gestó, inclinó la barbilla en dirección del joven alfa, los brazos fuertes no eran evidentes a través de la ropa maltrecha pero no cualqueira podría cargar esos botes de hacer. El joven alfa intentó permanecer tranquilo y sereno, evitando ser captado por sus compañeros ¿Qué haces aquí?—Kiba se dio cuenta, claro. Eran alfas mayores los que se encargaban de la limpieza de las calles, lo fuertes se encontraban de seguridad, pensó en hacerse el loco, mirando como el otro alfa se acercó hasta él. y arrugó la nariz.—ya vi por qué. Demonios, apestas inclusive usando el collar.
Kiba lo tomó como un alabo, era un buen disfraz. E incluso con su aroma horrible, el era el de mejor olfato, podría oler a Naruto Uzumaki a Kilómetros si se lo proponía, entre esa ciudad asquerosamente limpia, o por lo menos en el lugar donde residían la mayoría de los omegas mimados y los betas. La parte donde vivían los seres humanos, normales. Estaba igual de podrida que un basurero, por eso ellos eran asignados a la limpieza.
Alguien se acercó a ellos y les dio un poco de comida.
—Estupidos omegas, Se creen la gran cosa. —les dijo la persona. Tendiéndoles un poco de agua. —son iguales que ustedes, no puedo creer que los denigren a esto.
—No nos consideramos denigrados. —respondió alguien más. la persona, hizo un gesto de desagrado.
la persona, que no alcanzaron a reconocer suspiró de rabia y tristeza. la voz se quebraba—ya están tan acostumbrados que ni siquiera ven lo que les hacen, pasan toda su vida sirviéndoles para cuando son mayores, terminar en la basura. De verdad que son nauseabundos. Incluso nosotros tenemos que servirles a esas cosas, que no tienen otro fin que verse bonitos. Deberían de estar como lo que son.
—Suficientes. No amedrentes a nuestros compañeros. —Alguien más llamó la atención. Kiba se escondió entre la gente. Ese idiota llamaba la atención, pero la centraba en él.—terminarán por meterlos en problemas.
El alfa se acomodó la gorra. Estaba siguiendo las indicaciones de Shikamaru, sin saber cómo leer, era extremadamente moverse.
No es que fuese diferente de la gente de ahí, todos esos alfas analfabetas pero deseaba un poco poder desplazarse entre la gente.
—Serán enviados a la perrera.
Kiba, estando tan al pendiente, no pudo evitar preguntar. De inmediato se retracto de su error, obviamente debería saber cual era la perrera
—¿Que es la perrera?
—¿Tienes retraso o que? —inquirió una persona mayor, entre dientes, le exmainó antes hablar en voz baja. —Ya entendí porque un joven alfa como tu esta aquí. —el hombre cambió el tono de voz, el semblante antes de continuar. —Es donde matan a los alfas problemáticos o los rehabilitan, es un área de tortura. Y si el alfa está muy perdido lo matan.
—oh,
—Pero no discretamente, lo ponen en el centro donde disparan parecido a escopeta y arma, no apuntan al corazón o al pecho, solo son 5 disparos, a los pulmones, las rodillas, y el estómago. Es una ejecución pública, la idea es que el alfa se ahogue en su propia sangre mientras agoniza de dolor, pensando en sus pecados. Eso dura horas por lo regular, una muerte agónica.
A Kiba se le heló la piel. Tan solo de pensar que Naruto podría peligrar.
—No han ejecutado nadie de nosotros así en años, los suelen rehabilitar. Iban a ejecutar a un alfa nuevo, los salvajes. Pero se que un omega logró amarrarlo, al final, esas cosas saben por donde cojeamos. Así que calladito muchacho.-aconsejó la otra persona. Por lo menos, ahora sabía que Naruto estaba con vida. No sé quedó más tiempo, en un ágil movimiento. Desapareció para regresar con sus compañeros.

Mi alfa, mi esclavo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora