Fuego

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Solar  no dejo de sonreír, incluso cuando no tenía que hacerlo, incluso en medio de una reunión, donde Wheein la miraba asombrada por el cambio radical, los hoyuelos indios de la asistente social nunca se pronunciaron tanto como ahora.
 Ella no había sido feliz desde hace un tiempo.  pero la cálida maestra de deportes era tan amigable, tan sincera, tan llena de magia que la  mujer mayor pensó que estaba viviendo un sueño en la vida real.

-Ahora puedo verte de  nuevo, Byul la esperaba recostada sobre su auto,  con l as manos en los bolsillos de su uniforme de docente color gris, el silbato rojo colgando diligentemente sobre su pecho, el sol  de la tarde era una combinación maravillosa con el rojizo cabello bailando al viento, Solar se enamoro  una vez más de la perfecta imagen postal ante sus ojos,  la miro por un rato y sonrió,  camino pasos hacia su la persona que amaba, quien justo antes de llegar abrió sus brazos para recibirla y ser envuelta en ellos 

- Te extrañe, señorita Kim, - Byul cerro los ojos ante el cálido abrazo, nadando en esos sentimientos, feliz de que estén fuera de la bolsa 

- Me viste hace unas horas cuando me trajiste aquí jagiya, ¿no estas exagerando? - Solar lo dijo rodando sus ojos en blanco 

Byul se separa abruptamente del abrazo, asombrada del apodo cariñoso 

- ¿Jagiya? ¿me acabas de decir eso ..? Byul quien tiene sus manos en los hombros de la mujer mayor mira directamente con una sonrisa amenazante en su rostro. 

- ¿No te gusta que te diga así Byul sshi?- Solar es más astuta pensó en este apodo desde siempre, y decirlo se sentía aún mejor, con el plus extra de ver  a la maestra con las mejillas rosadas 

- Dímelo siempre, seré tu jagiya, seré eso y lo que quieras para ti - Byul cambia el lugar de sus manos y los pone sobre las mejillas de la mujer que ama, más que feliz de esta dinámica afectuosa, tan contrario al Solar tempano de hielo de hace unos meses.

- Ok jagiya...- sonrie, ladeando ligerante la cabeza,  pellizca las mejillas de su novia,- Llévame a casa tengo hambre

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 La noche había pasado demasiado rápido,  y ambas mujeres estaban compartiendo una botella de sake añejado que Byul consiguió en el mercado japones, a pesar que Solar bebió unos tragos se sentía mareada, Byul quien bebió un poco más,  pero tenia resistencia, se dispuso a levantarse para irse.

- ¿Estas loca.? no te iras, si estas ebria, quédate conmigo.- La voz de Solar sonó más bajo de lo habitual  similar a un susurro, Byul no lo admitiría pero quedarse seria peligroso, no podía negar cuanto  deseaba a su novia, pero ella no estaba segura si la otra mujer estaba lista, y tampoco la haría sentirse incomoda 

- Ire en uber, no te preocupes,  vamos te ayudare a lavarte y acostarte- Byul  suavemente estira  de la mano de Solar para ayudarla a ponerse de pie , pero  la otra responde estirando hacia abajo para ver a Byul estar casi encima de ella.

La sonrisa de Solar tenia oculto otra intensión,  una que estaba pensando hace unos días, Solar nunca había tenido contacto sexual con nadie, del colegio a su condena y de allí a un trabajo  que por un momento la hacia olvidar sus ganas de morir. 

Pero luego se despertó con ese fuego ardiendo en sus venas, una necesidad que jamás sintió y era ser tocada por la mujer más joven, sentía que una tensión se acumulaba en su parte baja, una corriente, y necesitaba hacer algo al respecto. 

- Quédate hoy jagiya, duerme conmigo, - Solar mira directamente a los ojos a su novia esperando que ella captara el mensaje

Byul lo capto, vio la provocación y el deseo en la otra mujer, vio los ojos oscurecerse y ella sabe, lo desea, entonces la besa de respuesta,  el sabor a sake  de los labios de su novia le aceleran el pulso y acrecienta el deseo, puede sentir a la otra mujer estremecerse, puede oír la respiración agitada, no sabia en que momento pero Solar ya estaba sobre ella, Byul la empuja más cerca, y en respuesta la otra mujer gime un poco, Byul traga saliva, ella arde de deseo por ella.

- Vamos a la cama, - Solar se levanta y la lleva en un silencio donde solo se oyen los pasos de una y otra 

- Estas segura? Byul necesita preguntar, no quiere acelerar las cosas y arruinarlo. 

- Lo deseo, quiero hacer el amor contigo, quiero sentirte y que me sientas, por favor Byul, quédate.

Una danza de ropa y besos inician en el escenario del dormitorio, Byul besa el cuello suave de Solar, sus labios mojados hacen círculos con su lengua en un juego tortuoso que la otra mujer trata de soportar,  ambas se quedan solo en ropa interior, y Byul pensó que enloquecería cuando vio el encaje negro en la asistente.

Solar gime, cuando la lengua de Byul bajo de la parte baja de su ombligo hasta estar sobre su ropa interior, la mano de la maestra esta en su pecho que es masajeado, la asistente nunca sintió tanta excitación, se sintió mojada y pegajosa, necesitaba solucionar sus problemas, necesitaba que la ropa interior se fuera, que Byul la besara directamente.

- Por favor hazme tuya, Solar lo dice y luego se tapa la cara de la vergüenza- Byul para y sube para quitarle las manos y mirarla a los ojos. 

- Quiero besarte en todas partes para que mis besos queden imprimados en ti para siempre, y para que yo jamás olvide el sabor de tu piel -Un silencio dijo demasiado, - Te amo Kim Solar. Byul se desborda en sentimientos, tener a Solar tan cerca, tan suya tan entregada la hizo querer llorar de amor .

- Te amo Moon Byul, te amo - Solar la besa de nuevo envolviendo sus manos en el cabello rojizo que la enloquecía.

Entonces hicieron el amor,  Solar sentía la lengua de Byul en todas partes sellando un pacto  pasional eterno, los dedos de la mujer más joven entrando de manera delicada donde tanto necesitaba, un orgasmo primerizo lleno de suspiro y de gloria .

La asistente social no se quedo atrás e hizo lo mismo, mordió y sello cada parte de la maestra, como si fuese una experta en su trabajo,  dejo que sus manos tocaran todo lo posible, que sus ojos grabaran en su mente  cuando la otra tuvo un galopante orgasmo, vio el rostro enrojecido de Byul cuando sus dedos entraban y salían,  sintió como era que alguien se corriera en sus manos, lamio el sudor de la maestra, ese sudor que se acumulaba en medio de sus dos senos, Solar se sentía embrujada al hacer el amor con  Byul,  poseída por más que fuese una primera vez.

Ambas se quedaron dormidas del cansancio, ahogadas por la abrumadora verdad, de que quiza, eran la una para la otra.

Ámame en la oscuridad. ( Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora