Gringotts

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Cada que inicia un nuevo año, el primer sábado de enero gringotts despoja las bodegas las cuales ya no son usadas o cuando el difunto ya habría cumplido un siglo y nadie reclamaba sus pertenencias, y el 3 de enero de 1999, no fue la excepción.

Un duende llamado Roy, revisaba una bodega que hace casi dos siglos intentan abrirla pero nunca hubo un avance, pero hoy se sentía distinto, como si hoy iba a lograr algo sorprendente. A Roy le habían asignado la bodega 200, por un sorteo ya que ninguno quiere malgastar su tiempo en ese lugar, resignado fue a cumplir su trabajo.

Cuando llego a la cámara 200, percibió que no era la de siempre, cada que pasaba por ahí cuando llevaba a algún mago, notaba que tenía una puerta de color negro con moho como si se lo estuviesen pudriendo. Pero hoy no estaba así, la puerta era de color bordo y el marco de color dorado. Se dispuso a buscar la llave, cuando la encontró dirigió su mirada a la cerradura y noto que esta tenía ya una llave dorada, un impulso lo hacía querer acercarse y darle vuelta, y este no se negó. Cuando dio dos vueltas la puerta se abrió sola. Unos duendes que venían a burlarse de él, pensando que no podrían abrirla, se sorprendieron tanto, quedando en estado de shook.

Roy entro a la bodega para ver que había, que era lo impedía entrar años atrás. Adentro era cuarto vacío y oscuro, y solo había una luz, que iluminaba un pedestal de mármol. Cuando se acercó más vio que había una bola de cristal, un collar con un dije raro y una carta que decía "Llevar al ministro".

Roy salió de bodega con los tres objetos y afuera lo esperaban casi todos los duendes de gringotts, en la primera fila estaba el director Pattcher el manejaba todo el edificio, asumió el cargo hace dos años pero nadie lo soportaba, no era de confiar hasta de su propia comunidad, todos le temían.

Pattcher agarro los objetos o eso creyó, ya que cuando se dio vuelta sus manos estaban vacías, dirigió su mirada a Roy el cual le devolvió una de confusión, este todavía tenía los objetos en sus manos pero parecía no darse cuenta. Pattcher volvió a él y agarro los objetos empujando al otro duende, pero otra vez no tenía nada, pareciera como si no quisieran ir con él. Estuvo un buen rato así, hasta que se dio por vencido.

Roy no sabía cómo es que había pasado todo eso, tenía la intuición de entregar las cosas al ministro de magia, pero en cambio era llevado a la oficina de Pattcher.

- siéntate Roy -dijo con una sonrisa que dio miedo.

- no gracias, prefiero que darme así -dijo con algo de miedo - perdóneme por lo descortés, pero, ¿por que estoy acá?-

-por nada en particular, pero eso que tienes en las manos, es muy importante, hace más de 100 años esa bodega no se ha podido abrir, sabes lo que vale, a esos tontos magos le debe importar mucho - sus ojos tenían un brillo especial, como si algo se apoderaba de el - dime Roy que viste ahí- El duende sintió miedo como si las palabras que salieran por su boca le podrían en juego su vida.

-por nada en particular, pero eso que tienes en las manos, es muy importante, hace más de 100 años esa bodega no se ha podido abrir, sabes lo que vale, a esos tontos magos le debe importar mucho - sus ojos tenían un brillo especial, como si algo s...

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Obligados- Charlie WaesleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora