Caramelo de Chocolate. Luckity

Parte 2

Como un pionono de vitrina,
enróllame así.

Quakity hablaba enserio cuando no creía que ese castaño hiba a volver, pero para su agradable sorpresa, este había regresado a la cafetería al día siguiente, lo atendió lo mejor que pudo dando sonrisas amigables y poniendo ojitos coquetos, pero el trato siempre era el mismo.

En total, eran ya 3 días qué atendía al castaño, siempre pedía lo mismo así que no había mucho problema con eso, el problema era que a pesar de ser todo un romeo, sentía la vergüenza y los nervios recorrerle el cuerpo cuando intentaba iniciar una conversación, dejando así las palabras atoradas en su garganta, sin poder salir de ahí.

Estaba pensando en eso mientras cerraba la caja blanca con el pedido del castaño y tomaba el café ya servido para poner ambas cosas en el mostrador y empezar a cobrar la orden.

-Serían 44 con 90 -dijo tecleando los números en la computadora.

-Eres nuevo aquí? -preguntó depronto  confundiendo al peli negro.

-Disculpe? -preguntó de regreso, sin duda no se esperaba esa pregunta, pero hey, al menos ahora estaban hablando.

-Perdona, es que no te había visto antes por aquí -explicó apenado mientras le entregaba la tarjeta de crédito.

-Bueno, eso depende del tiempo que tengas sin venir, trabajo aquí desde hace dos semanas, así que no soy tan nuevo qué digamos -respondió cobrando lo debido y devolviendo la tarjeta.

-Oh vaya, no lo sabía, bueno, pues gracias por todo emm... Alexis? -dijo dudoso mirando al peli negro- Es tu nombre no? Es decir, así viene en tu placa de empleado -habló rápido señalando la pequeña laminita con su nombre en el uniforme de Quackity.

-Ah, si, pero normalmente la gente me dice Quakity, puedes decirme así si gustas -sonrió amable poniendo los ojitos coquetos tratando de agradar al castaño, aunque no pareció darle mucho resultado.

-Así que tu eres el famoso Quackity? -hizo la pregunta con un tono divertido- William y Staxx me han contado mucho de ti -

-Enserio?! Es decir, que te han dicho? -sinceramente, sonó más desesperado de lo que hubiese querido.

-Pues, que eres un buen chico que viene de México y que seguramente serás un gran abogado -tomó las cosas que había ordenado con cuidado para poder llevárselas sin problema- Además de que te ven como una especie de hijo adoptivo al que tienen que cuidar -vió como la expresión de Quackity cambiaba a una nerviosa soltando unas risitas y desviando la mirada.

-Bueno, y de donde los conoces? Digo, pa' saber -se sentía por demás avergonzado, que tanto le habrían dicho los chicos a su nuevo y reciente crush?.

-Son mis compañeros de universidad, solo que ellos van a distintas facultades -guardó todo bien en su mochila listo para irse- Bueno Quackity, fue un gusto hablar contigo -

-I-igualmente, un gusto -respondió nervioso viendo una de las mejores sonrisas qué había presenciado en su vida.

Después, simplemente vió a su nuevo amor platónico salir por la puerta de la cafetería con dirección a no se donde. "verga, ya me enculé".