Caramelo de Chocolate,
empápame así.Desde que llegó a España, su vida no había sido la más tranquila, sus días hiban de ir a la embajada mexicana a recoger y ordenar papeles, ir a la escuela y finalmente llegar a su departamento a hacer tareas y trabajos, nada muy excesivo. Suspiró por quinta vez en el día, cansado, guardó los papeles de intercambio escolar dentro de su mochila y entró a la cafetería qué sesupone era su lugar de trabajo, pasó a la parte de atrás del mostrador y entró a un cuarto para el personal como solía hacerlo desde las últimas dos semanas a cambiarse de ropa y ponerse el uniforme correspondiente para empezar su labor.
Alex, o más conocido como Quackity, era un chico normal con una vida normal de origen mexicano, actualmente tenia 17 años y había ido a estudiar la preparatoria en en un pequeño pueblo llamado karmaland, ubicado en España, quería poder juntar los suficientes créditos para lograr entrar a la Universidad de París, la universidad de sus sueños, ubicada por su puesto, en Francia.
Dejó sus cosas debajo del mostrador y se sentó en una silla aliviado, ese día había ido a recoger los últimos trámites para continuar sus estudios fuera de México y ya no tendría que hacer ningún otro tipo de papeleo, podría vivir su vida con un poco más de paz. Sacó su celular para pasar el tiempo y revisar de paso sus redes sociales, tenía varios mensajes de sus amigos y algunos de su madre preguntando como estaba, respondió todos rápido y comenzó a ver un poco de Twitter despreocupándose, la cafetería no era muy conocida y rara vez tenían clientes, así que no había problema. Justo veía los chismes de los que se había perdido cuando escuchó la campanilla de la entrada sonar, al alzar la mirada pudo ver a uno de los hombres más guapos qué había visto en su vida.
No era secreto para nadie qué él era gay, no era por nada, pero desde México tenia reputación de rompe corazones, pero al parecer este castaño de ojitos rojos sería su primera excepción.
-Buenas tardes, ¿que le puedo ofrecer? - preguntó levantándose de la silla y dejando el celular a un lado con una sonrisa
-un panqué cubierto de chocolate negro, un pionono de vitrina de zarzamora y un café latte sin mucha azúcar, todo para llevar por favor -dijo sacando una tarjeta de crédito de su billetera
-en seguida don -Quackity se alejó un poco del mostrador y se acercó rápido al mini horno qué tenían para hacer los pedidos.
Esa cafetería, a diferencia de otras, se destacaba por que hacían los pedidos al momento, ya tenían hecho el pan pero el chocolate qué se le vertía encima y el relleno se los ponían cuando el cliente ordenaba. Eso estaba haciendo Quakity en ese momento, vertía el chocolate sobre el pan mientras esperaba que el café terminara de hacerse, enseguida lo metió al horno por unos minutos para hacer qué el chocolate endureciera, después, sacó el pinono de uno de los estantes y comenzó a untarle la mermelada de zarzamora, luego lo enrolló y espolvoreó azúcar glass encima.
Colocó el pionono ya terminado en una caja de cartón blanca, escuchó el sonido del horno indicando qué el pan estaba listo, lo sacó y acomodó junto al otro aperitivo y por último vació el café en un vaso de cartón grueso agregándole poca azúcar, tapó el vaso y cerró la caja, por último dejó todo lo pedido en el mostrador.
-ya está su orden joven, algo más? -preguntó mientras tecleaba números en la computadora, haciendo la cuenta de todo lo que llevaba el castaño
-no, gracias, solo eso -respondió tranquilo y un poco sorprendido por la velocidad con la que el peli negro completó su orden
-serían 44 con 90 -dijo recibiendo la tarjeta de crédito por parte del contrario para pagar lo dicho- gracias, que tenga bonita tarde joven
-claro, igualmente -el castaño de ojos rojos se retiró del lugar con su pedido en mano, Quackity suspiró una vez más, era una lástima, seguramente no volvería a verlo en su vida.
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Caramelo de Chocolate. Luckity
Romansa"Caramelo de Chocolate, empápame así" Cantaba el peli negro mientras ponía chocolate derretido sobre el pan especial para su "bebito fiu fiu" -aquí está su pedido señor -entregó la caja en el mostrador mientras teclea a en la computadora- serían 44...