Tres: Noche loca y favores

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Louis despertó al otro día con un fuerte dolor de cabeza, estaba solo (cosa que agradeció) y desnudo en la gran cama de dos plazas. Estaba algo desorientado hasta que vio el cuadro escolar de primaria de Cameron colgado en la pared. Notó que su teléfono estaba en la mesita de noche junto a él y lo levanto para ver la hora: las once de la mañana.

Con total pereza se vistió e hizo la cama, el condón olvidado en el suelo lo desechó en el basurero de la habitación, tomó sus pertenencias y bajó las escaleras.

Al bajar encontró algunas personas durmiendo en el suelo y en los sofás, a penas diviso el cuerpo de Oli se acercó para despertarlo.

—Oli, despierta—lo movió levemente y no despertó—Oli, llegó la policía—nada de nuevo—Despierte joven y levante las manos, queda arrestado—habló más fuerte, imitando un tono de policía jugándole una broma, tuvo que morderse el labio para no reír y él chico se sentó de golpe en el sofá

—Soy inocente, solo me comí las Froot Loop de Louis—al mismo tiempo que confesaba, levantó ambas manos

—¿Te comiste mis cereales?—habló molesto

—Tal vez—Oli le dedicó una sonrisa nerviosa—Sí, lo hice—suspiró y asintió

—¡Cabrón!, me dijiste que no sabías donde estaban—le dio un leve golpe en el brazo—Los tenía ordenaditos por colores—hizo un puchero—levanta tu trasero y busquemos a Max—ordenó

—Max se fue en la madrugada, está en su casa y dijo que entráramos con la llave que está debajo del macetero—Oli sacó del bolsillo de su pantalón una tira con chicles de menta, le extendió uno al castaño y este gustoso se lo recibió.

—Vamos, quiero llegar a casa a tomar una aspirina y darme una ducha.

—Está bien—respondió Oli caminando hacia la puerta

Tal y como les dijo Max, usaron la llave para entrar a la casa, entraron sin tocar ya que sabían que sus padres habían ido de viaje fuera del país y es hijo único.

Cuando entraron, vieron al chico solo en bóxer tomando un vaso con agua, sentado cómodamente en el sofá de tres cuerpos. En la sala de la casa del chico habían dos sofás de tres cuerpos que están uno frente al otro y uno individual que esta entremedio de estos en la cabecera, en el centro hay una mesita baja y frente a esta hay una televisión colgada en la pared, oh y un aire acondicionado que gracias a Dios estaba encendido.

—Hola—saludo un perezoso Max

—Hola—respondió Louis, Oli hizo un gesto con la cabeza saludándolo

—Siéntense-—ofreció y ambos chicos se tiraron en el sofá de tres cuerpos frente al de Max

—Gracias, ¿de casualidad tienes alguna aspirina?—preguntó Louis tapándose la cara con una mano

—Claro, espera—Max salió de la sala para entrar en la cocina

—Que sean dos por favor—Habló en un tono más fuerte Oli
 
El chico volvió a la sala y le dio uno a cada uno junto con un vaso de agua.

—¿Se quedarán a comer?—preguntó Max luego de un rato en el que habían estado mirando la película en la televisión

—Yo no, hermano. Quiero llegar a casa para darme una ducha y dormir muchas horas, gracias por la invitación de todos modos—respondió el castaño

—Yo si me quedaré, la comida jamás se niega—comentó Oli—De todos modos te iré a dejar y después vuelvo.

—¿Me puedes ir a dejar ahora?—consultó, Oli asintió y ambos se levantaron del sofá

—Nos vemos, hermano—Louis se despidió de Max

—¿Necesitas que compre algo?—Oli le preguntó

—No, tengo todo lo necesario—respondió y el otro asintió

Oli y Louis salieron por la puerta de la cocina que conecta con la cochera, abrieron con el botón eléctrico que levanta la cortina para poder sacar el coche. Se colocaron sus gafas de sol y se fueron rumbo a la casa de los Tomlinson.

El camino en un total silencio cómodo, ya que ambos aún estaban como medio muertos por la resaca.  Apenas el pelirrojo estacionó fuera de su casa se bajó dándole las gracias.

Le dio un beso en la frente a su hermana y a su madre que estaban sentadas en los sofás de la sala viendo una película. Su mamá respondió que su papá estaba en la oficina de casa cuando el castaño preguntó y subió directo a su cuarto para bañarse.

Se dio una reconfortante y larga ducha. Se colocó solo bóxer al salir del baño de su habitación y se lanzó a la cama para acostarse por encima del cobertor luego de prender el aire acondicionado, acostándose boca abajo escondiendo el rostro entre la almohada. En estas fechas hace muchísima calor.

Estaba entrando en un sueño profundo, pero el sonido de la puerta abriéndose lo hizo volver abrir los ojos, ni siquiera quiso moverse de su lugar.

—Necesito que me hagas un favor, Louis—la voz de su padre se hizo presente pero aún así se quedó en su cómoda posición

—Es sábado—dijo molesto

—Necesito que te vistas con tu mejor traje y que a las ocho de la noche vayas a Atmesa.

—No quiero ir, me duele la cabeza—hizo un puchero que su padre obviamente no vio ya que seguía con su cara pegada a la almohada y sus ojos cerrados

—Vas a ir de todos modos—respondió el mayor en un tono molesto

—¿Por qué yo querría ir a un restaurant un sábado?—frunció el ceño 

—Porque te lo estoy pidiendo amablemente—aunque no viera a su padre sabía perfectamente que este estaba sonriendo

—¿Por qué no vas tú?—consultó molesto—Es tú empresa.

—Porque saldré a cenar con tu madre y además ya tienes que empezar a familiarizarte con la empresa, cuando yo muera tú te encargaras de ella.

—¿Por lo menos me dirás a qué debo ir?—preguntó rendido

—Cenaras con el hijo de Desmond, la reservación está a tu nombre—eso último captó totalmente la atención de Louis, se sentó en la cama y miró a su padre, el cual seguía parado en el marco de la puerta

At first sight   |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora