Cuatro: Sentimientos y bebidas

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—¿Con Harry? ¿Por qué?—preguntó curioso

—Está viendo los contratos de la empresa y necesito que le ayudes, ya que son los cuales tú has estado trabajando estos últimos meses. Debes explicarle las últimas transacciones, compras o casos de estos meses y cosas así.

—De acuerdo, iré—se rindió, aunque ver a Harry no es mucho sacrificio para él—¿A qué hora dijiste?—se rascó la nuca y bostezo tapándose la boca con su mano

—A las ocho. En ocho horas más para tu suerte—sin esperar respuesta se fue

Por supuesto que Louis durmió después de la conversación con su padre, no podía darle una mala impresión a Harry llegando con resaca a su cena. Despertó a las cuatro de la tarde por el hambre que acumulaba desde anoche y volvió a dormir luego de alimentarse. Se despertó por de nuevo afortunadamente en su primer alarma a las siete de la tarde y se duchó por segunda vez.

Su traje es completamente negro. Camisa manga larga, skinny jeans y su saco color negro. Se cepillo los dientes y se arregló el cabello hacia un solo lado.

Miró la hora en el celular y marcaban las siete con cincuenta, apresuradamente se colocó perfume, guardó su teléfono junto con su billetera y fue a la planta baja de la casa en donde estaban sus padres terminando de arreglarse frente al espejo junto a la puerta de entrada, ellos también iban saliendo.

—Ya me voy—avisó en un tono alto, tomando sus llaves y caminando hasta su coche

Manejó hasta el restaurant y aparcó en el estacionamiento. Llegó a la recepción, le dijo al chico que lo recibió su nombre y lo guio hasta un apartado lujoso en donde Harry ya estaba sentado, pensó que el chico era demasiado puntual ya que el reloj colgado en la pared solo marcaba las ocho con tres minutos.

El chico estaba con un saco color crema, pantalones del mismo color y una camisa manga larga blanca.

Le dio las gracias a la chica que lo acompaño y se acercó a la mesa, Harry al verlo se levantó de su asiento.

—Buenas noches, Harry—extendió una mano en la dirección del castaño, una sonrisa se le dibujaba en la cara

—Buenas noches, Louis. Un gusto volver a verte—estrecharon sus manos y luego cada uno se sentó en su respectivo lugar, quedando uno frente al otro

—Antes de todo, ¿pedimos para comer?. No puedo pensar bien con el estómago vacío—confesó

 Su comentario hizo reír a Harry, el moreno al escuchar su risa sonrió.

—De acuerdo, ordenemos—ambos tomaron entre sus manos el menú que ya antes estaba encima de la mesa

Cada cual pidió un exquisito platillo y una champaña, después de conversar sobre las cosas de la empresa, cambiaron radicalmente la conversación. Hablaron sobre algunas anécdotas de la infancia y de la escuela.

Louis pensaba en lo fácil que era charlar con Harry. En la diversidad de temas que podría hablar para seguir su charla. Las horas pasaron volando y cuando les dieron las once de la noche pidieron la cuenta.

—Es algo temprano para un sábado, quieres...¿quieres ir a un bar?. Trabajé demasiado y necesito relajarme. Mi favorito queda a cinco minutos de aquí—ofreció Harry cuando estuvieron fuera del recinto—Que digo, quizás quieres pasar tiempo con tu novia y yo aquí, aburriéndote.

—No. No tengo novia, no me van las chicas y no me aburres—le sonrió

Quizá tiene novio

—No, tampoco tengo novio. Piensas en voz alta.

At first sight   |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora