Despertar

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Estamos envueltos en una profunda oscuridad.

-. ¿Estoy...muerto? - preguntó Dante.

Dante abrió lentamente los ojos y lo primero que vio fue un techo de madera. Rápidamente examinó su entorno, dándose cuenta de que no estaba en su habitación. Se incorporó de golpe, aún algo desorientado.

-. ¿Dónde... estoy? ¿Eso... fue una pesadilla? - murmuró Dante.

Palpó su cuerpo en busca de raspones por las caídas al escapar, pero no encontró nada.

-. ¿Fue solo un sueño? No, pero esta no es mi habitación. ¿Dónde... estoy? - se cuestionó Dante.

Se puso de pie y examinó la habitación, una estancia de madera con pocas decoraciones, solo un cuadro de Buda en la pared y un mueble con mantas apiladas. Dante caminó hacia la puerta y la abrió lentamente, revelando un pasillo de madera. Hacia la izquierda, veía dos puertas más; hacia la derecha, otra puerta y al fondo un marco de puerta que no dejaba ver el exterior. Dante se acercó lentamente al marco y descubrió un hermoso patio cubierto de flores y amplias zonas de pasto. En el centro, una persona meditaba.

De repente, el individuo en meditación exhaló fuertemente y exclamó:

-. Hasta que decidiste despertarte - se puso de pie sin mirar hacia atrás - ¿Cómo despertaste, pequeño guerrero? (hombre extraño)

-. ¿Me hablas a mí? - preguntó Dante, señalándose con el dedo y con cara de confusión.

- ¿Ves a alguien más por aquí? (hombre extraño)

-. Pues no... pe-pero yo guerrero no soy - negoció con la cabeza. (dante)

-. Claro que lo eres. Estuve a punto de tener que ir a salvarte de esa cosa, pero esperé hasta el último - dijo el individuo sonriendo, cruzándose de brazos.

-.Antes de cualquier cosa, permíteme presentarme. Soy Cris, guardián vivo del Templo del Trueno Angelical. Mucho gusto. (cris)

-. H-hola Cris, supongo que también es un gusto, pero no estoy entendiendo esto. ¿Por qué estoy aquí? ¿Eso de lo que hablas es un sueño? Pero no entiendo cómo lo sabes si lo soñé yo. ¿Soñaste lo mismo? ¿Qué pasa aquí? ¿Me secuestraste? Si me secuestraste, ¿por qué no me torturas? Por dios, ¿por qué tienes ideas? (Dante)

-. Oye, oye, oye, ¡tranquilo! No te hiperventiles. Hombre, por dios, son muchas preguntas. Si te callas y me escuchas, podrás explicarte, ¿ok? (cris)

-. ¿No me vas a torturar? (Dante)

-. ¡No, idiota! ...o bueno, lo pensaré. (cris)

-. Ay no... (Dante)

-. Dante, ven aquí. (cris)

Cris se sentó en el pasto del patio, donde llegaba un poco de sol de la tarde debido a la vegetación que proporcionaba sombra. Cris hizo una señal a Dante para que se sentara frente a él. Dante dio un pequeño salto hacia atrás, dudando si intentar escapar, pero decidió seguir la corriente y se sentó como Cris le indicó.

-. Ok, ¿por dónde debería empezar? - Cris entrecerró sus ojos mientras acariciaba su abultada barba en la perilla. (cris)

-. Dime, ¿cómo llegué aquí? (Dante)

-. Eso es simple. Yo te traje mientras estabas inconsciente para tratar tus heridas después de la pelea. (cris)

-. ¿Pelea? Yo no peleé, solo corrí. Pero espera, ¿me dices que todo eso no fue un sueño? (Dante)

-. No, no lo fue. Terminaste justo a tiempo el proceso. ¿Me estás diciendo que no recuerdas lo que hiciste? (cris)

-. ¿Proceso? ¿A qué te refieres con eso? (Dante)

Demonios de DanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora