Demonios de Dante

Llamado de auxilio

El sol resplandece, y Keni se encuentra en el patio del templo, meditando. Desde las habitaciones, Cris asoma la cabeza y se adentra lentamente en el patio.

-. Bien, Keni... vamos (Cris).

Keni, concentrado en su meditación, da un respingo.

-. ¡AAAAAU! (Keni).

-. Oh, perdón, ¿estabas muy inmerso? (Cris).

-. Bastante, déjame decir (Keni).

Keni se lleva la mano a la cabeza y comenta:

-. Salir de la meditación de golpe causa mucho dolor de cabeza (Keni).

-. Lo lamento, pensé que ya estabas terminando. Pero cuéntame, ¿Qué viste esta vez? (Cris).

Cris se coloca a un lado de Keni, mirándolo con duda.

-. Pues no mucho, son como... imágenes (Keni).

-. En eso se basa la meditación, amigo mío. Debes interpretar esas imágenes y captar el mensaje. Normalmente, Daskal te lo explica, pero ella está ocupada con Dante (Cris).

-. ¿Algún día seré tan fuerte como él? (Keni).

-. ¡Jajaja! Pero si él es un debilucho aún. Créeme, ambos podrán ser muy poderosos, pero deben esforzarse aún más. juntos nadie los podrá detener (Cris).

-. Entiendo... y sobre la meditación, lo que vi: un palito que brillaba y una pulsera de cuero. Era raro porque brillaban en cuanto las vi (Keni).

Cris, que aún se reía, cambia su semblante de golpe.

-. ¿Dijiste... un palito y una pulsera? ¿Podrá ser? (Cris).

-. O sea, más que pulsera, parecía una manga; cubriría casi todo el antebrazo (Keni).

Cris se pone de pie torpemente y se dirige al salón de entrenamiento donde se encuentran las reliquias divinas.

-. ¡Keni, sígueme rápido! (Cris).

Cris llega y se sumerge de lleno en el salón hacia el gran cofre.

-. ¡Solo espera un poco! (Keni).

Torpemente corre hacia el salón. Al llegar a la puerta, ve a Cris al lado del gran cofre.

-. ¿Qué te pasó? ¿Por qué tanta urgencia? (Keni).

En cuanto Keni pone un pie dentro del salón, el cofre comienza a vibrar y a brillar intensamente. Cris con una sonrisa en su rostro y un brillo en sus ojos dice.

-. Sabía que eras importante, maldita sea. ¡Acércate! (Cris).

-. ¿Qué está pasando? (Keni).

Keni se acerca al cofre, el cual cada vez se vuelve más inquieto ante su presencia.

-. ¿Qué es eso? (Keni).

-. La razón de tu existencia... (Cris).

-. ¿Mi... existencia? (Keni).

Keni se acerca cuidadosamente y pone su mano en el cofre, el cual deja de moverse al tacto.

-. ¿Y esto? ¿Se echó a perder? (Keni).

-. Eeeeh, no lo sé... nunca había llegado tan lejos; solo intentemos abrirlo (Cris).

Keni intenta abrirlo jalando desde un costado.

-. Eeeh, no pasó nada... (Keni).

Sin dejarlo terminar la frase, el cofre estalla en una luz deslumbrante que llena toda la habitación. Al desvanecerse esta luz intensa, Keni está cubierto por una armadura angelical, con una vara en su mano derecha y un brazalete de cuero en la izquierda.