Capítulo 31

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Resultó ser el esposo de Eloise, Sean Montgomery.

Al mirar a su gran y firme espalda, Madeline sintió dolor y luto en su corazón.

Ella también anhelaba un padre, pero desafortunadamente, ella nunca había sentido el amor de un padre o una madre en su vida.

"¿Cómo está la situación de tu madre?" – Sean estaba muy nervioso por esta situación.

Meredith lloró y dijo – "No sé qué es lo que pasa. Parece que ha habido un accidente durante la operación. Madre está sangrando mucho y ella está ahora siendo operada. . ." –

"¿Qué?" – la expresión de Sean cambió de repente, y corrió a la sala de operaciones.

Los latidos de Madeline también se detuvieron por un segundo. ¿Cómo pudo un accidente realmente haber pasado?

Ella apretó los dedos de sus manos con ansiedad, pero luego escuchó la voz fría de Meredith diciendo – "¿De dónde apareció tanta gente con el tripaje de sangre? Una vez antes y una vez después" –

El tono de Meredith no tenía ningún sentido de gratitud, pero sonaba más bien insatisfecha.

Una vez más, ella pudo haber hecho algo, como lo hizo al cortarle la mejilla a su propio hijo, como si ella tuviera consciencia.

Lo que más le preocupaba a Madeline en ese momento era la situación de Eloise. Mientras ella esperaba, ella empezó a sentir molestia en su cuerpo otra vez. El área donde estaba el tumor le dolía tanto que le afectó sus nervios, poniéndola incómoda.

Ella había querido inconscientemente sacar los analgésicos de su cartera, pero se detuvo de repente y pensó en la botella de analgésicos que Jeremy había tirado. Ella sonrió amargamente.

En ese momento, la enfermera que había sido regañada por Meredith anteriormente corrió felizmente hacía ella – "Jovencita, gracias por la sangre que ha donado. De lo contrario, la Sra. Montgomery hubiese tenido muy mala suerte." –

Madeline levantó la cabeza con un gesto de afirmación y se levantó de manera renuente – "¿Cómo está la situación de la Sra. Montgomery? ¿Ya culminó la operación?" –

"La apendicitis es regularmente una operación menor. Si no fuera por las complicaciones menores, la operación hubiese acabado hace mucho. No se preocupe, la Sra. Montgomery está bien." –

Al escuchar la respuesta de la enfermera, la gran piedra en el corazón de Madeline desapareció al instante.

Fue grandioso. Todo estuvo bien.

"Madeline, ¡Así que fuiste tú!" – la voz infeliz de Meredith vino desde atrás.

Cuando Madeline se dio la vuelta, ella vio la cara arrogante de Meredith.

"¡Quién te pidió ser tan problemática!" – Meredith maldijo – "No sabes cuán sucia eres y, aun así, ¡Te atreviste a donarle sangre a mi madre!" –

Madeline no pudo evitar reírse – "Sí estoy tan sucia, entonces tú tampoco estás muy limpia. No se te olvide que te di bastante sangre también para que tengas esa vida miserable tuya." –

"Tú. . ." –

Los ojos de Meredith se hundieron con ira y ella levantó su mano y le golpeó su mejilla derecha ya herida, pero Madeline la detuvo antes de que le diera.

"Meredith, tócate donde está tu corazón, ¿Tu conciencia sigue ahí? Primero fue tu hijo, y ahora tu propia madre, ¿Cómo puedes ignorar su seguridad solo para protegerte? ¡Ya no eres humana!" –

"¡Por supuesto que soy humana! ¡Sigo siendo un ser humano! ¿Pero tú? Madeline, ¡Eres un perro salvaje que ni siquiera quiere a sus padres biológicos! Dime, si mi madre supiera que le diste sangre, ¿No se asquearía? ¡A ella le daría tanto asco que vomitaría!" –

Esposa PecadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora