Persecutores Perseguidos

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En las afueras de las cuevas; todo es un rocoso desfiladero. En ese desfiladero, aparece un pequeño Compsognathus. El Compsognathus corría desesperado por la base del cañón, buscando por donde irse, hasta que llegó a un callejón sin salida. De los muros se habían desprendido una gran cantidad de rocas, y había un bloqueo. Luego, misteriosamente le cae un trozo de carne en frente suyo; al principio trato de ignorar al trozo de carne, pero debido a que no había comido desde hace tiempo decidió tomarlo entre sus fauces y sostenerlo para cuando tuviera ocasión. Cuando la alimaña volvió en si, pensó en escapar de ese lugar. Era imposible el paso, por lo que no le quedaba otra más que buscar otro lugar, pero entonces el pequeño dinosaurio escuchó algo, y cuando se volteó lo horrorizó lo que vio.

Eran cuatro Saurornithoides y al verlos recordó su último encuentro que había tenido con ellos: Due hace 4 días, y tenía un problema con ellos por una deuda que tenía con los cuatro. Ahora una pregunta ¿Qué hacían ahí? No lo sabía. Lo único que le pasó por la mente al Compsognathus fue correr hacia las rocas derrumbadas y buscar un escape. El cuarteto de troodontidos se acercaba malvadamente listos para atacar al compsognatido, quien buscó entre las rocas y vio una salvación, por lo que sin pensarlo corrió y escaló por los escombros hasta la abertura. Entró entre el pequeño espacio rápidamente, y justo a tiempo, pues uno de los Saurornithoides casi lo alcanza, metiendo su pata por el hueco, aunque sin éxito.

El Compsognathus corrió hasta la salida del cañón, donde se encontró con otro callejón sin salida. Había una enorme caída. El Compsognathus llegó hasta el borde, donde se veía un barranco y abajo un campo lleno de matorrales y arbustos. Dudó unos segundos si lanzarse barranco abajo, pero al ver que detrás de él, los Saurornithoides habían encontrado su camino para alcanzarlo, el Compsognathus no lo dudó y se lanzó por el risco.

El pequeño dinosaurio cayó rodando y rodando sin parar, lastimándose levemente, aunque eso ahora no le importaba. Seguido de él, los cuatro troodontidos lo siguieron, lanzándose por el risco al igual que el compsognatido y corrieron por el barranco para poder terminar su frenesí y obtener más carne.

El Compsognathus finalmente llegó al final del barranco, donde cayó en el campo de acacias espinosas, aunque gracias a su pequeño tamaño, no sufrió mayores daños. Rápidamente se reincorporó y siguió corriendo entre los arbustos para escapar del peligro.

Mientras tanto con los Saurornithoides, Rick se adelantó un poco más para cazar al compsognatido, pero al darse cuenta del peligro que tenía en frente, frenó en seco, quedando justo en el borde entre el barranco y las acacias. Para la mala suerte de nuestro troodontido amigo, Kowal y Skipps llegaron detrás frenando al igual que él, chocando con su espalda, y seguido de ellos, Cooper. Cuando Cooper llegó, el golpe mandó a volar a Rick hacia las acacias, pinchándose todo el cuerpo con espinas.

Rick: "¡WAAAH!"

Gritó adolorido mientras que sus compañeros y el líder se reían de su desgracia. Cooper subió por el barranco hasta donde estaban los otros tres de los suyos. Cada movimiento era un constante dolor, pues estaba lleno de espinas en todos lados, y con cuidado comenzó a sacárselas. Skipps entonces se dio cuenta de que el Compsognathus estaba escapando en el horizonte.

Skipps: "¡Miren! ¡Allá va, allá va!"

Rick: "Pues tráelo..."

Se quejó Banzai mientras se sacaba las espinas.

Skipps: "¡Ni de chiste iré ahí! ¿Quieres que salga así, como tú, Alfiletero?"

Se burló lel líder, mientras que Cooper observaba al pobre de Rick mientras se sacaba las espinas de la grupa. Al ver que estaba siendo observado, usando las espinas que había removido de su trasero, las escupió a su compinche, clavándoselas en la nariz. Cooper, adolorido comenzó a sobarse la nariz intentando sacarse las espinas.

Rexy x Snoke: Una rareza en el tiempo (Temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora