Capítulo 5 - "Sí... digo, no. ¡Estoy bien!"

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Después de varias tediosas horas de viaje, Roxana y Aiden habían parado en un lago para descansar y comer. Desafortunadamente, no habían traído nada para esto último, pero por suerte se habían topado con un manzano en el camino y habían podido recolectar y comer algunas manzanas frescas para regenerar sus fuerzas; además, también habían podido alimentar a Shadow con estas.

Habiendo hecho esto, finalmente estaban listos para reanudar su viaje, pero antes de que Roxana se hubiera terminado de levantar del césped para recoger sus cosas, Aiden se acercó a la joven para darle algo.

— Toma — habló Aiden, entregándole una camisa doblada y un pantalón.

Roxana frunció el ceño.

— ¿Para qué...? — comenzó a hablar, mirando la ropa en sus manos, confundida.

Aiden sonrío.

— ¿No tienes pensado llevar el uniforme de la prisión a la corte de Liandro, verdad? — Aiden alzó una ceja, disfrutando del desconcierto de la asesina —. Sé que no es precisamente ropa de diseño ni mucho menos, pero te servirá hasta que puedas cómprate algo.

Roxana parpadeó, sorprendida por su repentina amabilidad y de que finalmente hubiera dejado de dirigirse a ella con formalidad, lo cual le había resultado bastante molesto. Aiden encogió los hombros, restándole importancia a su gesto.

— Gracias — respondió Roxana y apretó los labios juntos —. Voy a darme un baño y a cambiarme. No tardaré mucho y se nos está haciendo bastante tarde, así que continuaremos con el camino a Liandro cuando termine — concluyó la asesina y le dio la espalda a Aiden, dirigiéndose al lago para poder asearse y despojarse finalmente del uniforme morado de la prisión.

La camisa le quedaba enorme y holgada, y los pantalones le quedaban demasiado grandes para que se le mantuvieran en la cintura, por lo que tuvo que prescindir de ellos. Por suerte, pudo hacer pasar la camisa por un vestido con la ayuda de un cinturón que había tomado prestado de la mochila del guardia sin que se hubiera dado cuenta.

Cuando regresó, Aiden estaba terminando de recoger sus cosas.

— No me esperaba que tu ropa fuera a valerme, pero tampoco pensaba que me fuera a quedar tan grande. Lo bueno es que puedes tener tus pantalones de vuelta.

Roxana se acercó por detrás del guardia y estiró el brazo para poder devolverle la ropa que no le servía.

— Bueno, cuando lleguemos a Liando podrás comprarte algo de tu talla, así que... — comenzó a decir Aiden, pero se quedó mudo cuando se terminó de dar la vuelta para mirar a Roxana por primera vez desde que se había ido a asearse y cambiarse.

La presa que el guardia había conocido durante su estancia en Délmor había desaparecido por completo, siendo remplazada por una joven hermosa de tez clara y pelo rojo intenso. Y la camisa que Aiden le había prestado dejaba a la vista sus largas piernas y...

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2022 ⏰

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