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—  No veo ningún daño. —  Dijo Razvan examinandome y yo me sentía muy avergonzada.

— No creí que fuera necesario de todos modos, ustedes son grandes...— Dije sonrojada.— Creo que es normal la incomodidad ¿No?

— Solo estás un poco inflamada y tus músculos están cansados.— Él me besó una rodilla y me pareció la cosa más tierna del mundo.— Un baño de agua caliente y estarás como nueva.

Razvan se inclinó y me besó la clavícula, he notado que ellos tienen una rara obsesión por cubrirme de besos pero sibre todo es como que hay lugares preferidos para ellos. No es que en queje, si solo puedo estar vestida de sus besos, no le veo lo malo. Me encanta todo lo que ellos me hacen sentir, especialmente cuando son tiernos.

— ¿Por el resto estás bien?— Preguntó jugando con mis dedos.

— Claro ¿Por qué lo preguntas?

— Fuimos muy... Desconsiderados, planeabamos ser más cuidadosos y suaves pero... Simplemente eres mucho para nosotros.

No pude evitar sonreír y y acercarme a él para acariciar su rostro, él me dió una mirada suave y se frotó por mi mano pareciendo un tierno gatito. Razvan era el toque tierno de nuestra relación, creo que sin él, no habría un equilibrio.

— Estoy bien y anoche fueron muy cuidadosos, hay cosas que  no se pueden evitar, pero ustedes lo hicieron bastante bien.

— Desearía evitarte cualquier dolor, mi Lacey.— Susurró antes de besar el interior de mi muñeca.—  Cualquier lágrima, dolor, tristeza o decepción.

— Creo que ni Dios puede hacer eso, simplemente es natural pasar por esas cosas pero los momentos felices deben ser mucho más fuertes y emocionantes ¿No crees?

Razvan me sonrió antes de abalanzarse sobre mi y besarme dulcemente. Nunca podré acostumbrarme a tanta muestras de amor, es como si fueran un poco empalagosos y aún así son adictivos, creo que es parte del atractivo de la magia Moldovan ¿No? Creo que ya perdí la cabeza por ellos, aunque una parte me dice que esto esta mal, otra me dice que estoy feliz y es lo que importa.

—¡Espera!— Exclamé cuando lo sentí levantarme y realmente creí que Razvan no tenía tanta fuerza cómo hacerlo.—¡Raz!

— Te llevaré al baño.— Dijo con voz sería que en un momento no supe decir si estaba enojado o estaba de humor.

Estoy acostumbrada a verlo como un chico tierno y romántico, no como un chico que da órdenes pero la sorpresa es que si puede ser mandon y eso es muy caliente, al menos para mí lado sumisa. De solo imaginarme a Razvan dandome órdenes en un ambiente sexual, se me alborotan las hormonas y ni hablar de dónde queda mi consciencia.

Tampoco debería quejarme de este tratamiento, es decir, me siento como una gatita feliz frotándome por el pecho de Razvan, embriagandome con su aroma y es que, si hay algo que caracterizan a los Moldovan son sus deliciosos aromas, no sé que perfumes se echan pero huelen tan bien que si las chicas no caen por su forma de seducir, caen por el aroma.

— Gatita.— Dijo Robin cuando me vio.— Te he preparado un baño realmente bueno, aunque estaría mejor si lo compartimos ¿No crees? Dicen que las cosas saben mejor si las compartes.

— ¿Eso dicen?— Pregunté mientras Razvan me dejaba dentro de la bañera y casi gemi ante la deliciosa temperatura.— Me temo que falte a esa clase de valores.

— Entonces déjame enseñarte.— Sonrió el rubio.— Incluso te lavaré muy bien.

— Deja su cuerpo descansar, nada de estimulación sexual por hoy.— Le gruñó Razvan a Robin.

— No iba a molestarla sexualmente, solo iba a darle mucho amor.— Sonrió Robin inocentemente pero nadie le creyó.

— Tu amor es un poco pervertido.

—¡No es verdad!— Exclamó molesto.— Puedo ser muy cariñoso y romántico si quiero.

— Ya, ya Ricitos, no te molestes.— Dije sonriendo.— Ven, entra conmigo.

Robin sonrió con suficiencia y no perdió el tiempo en desnudarse para luego entrar y quedarse detrás de mi, dejando que pueda recostarme sobre su pecho. Robin no me tocó de una forma que implicaría sexualmente, solo tomó la esponja y comenzó a lavarme suave y cariñosamente, en silencio, lo cual era extraño porque solo estábamos los dos y él nunca se callaba. Sus manos eran un poco ásperas, pensé que las manos de un cheff iban a ser muy suaves pero él no es solo un cheff ¿Verdad?

— Estás muy callada.— Me susurró en el oído.

— Yo pensé que el callado eras tú.— Tome su mano que me estaba acariciando el abdomen.— No es que me queje.

— Estás un poco extraña.

— Aún no has puesto comida en mi estómago, creeme que ni bien desayuno voy a "despertar".

Robin se rió y me besó la frente antes de abrazarme fuerte contra él. Por extraño que parezca, ni quiera está excitado, realmente pensé que Robin tiene ganas de sexo todo el tiempo pero no, él solo quería estar allí, conmigo y nada más. Si,podía ser un poco romántico a veces y no un tonto adicto al sexo.

— Estaba pensando...— Comenzó a a decir mientras sus dedos jugaban con los míos.— Que estaría muerto de no haberte conocido.

Lo miré sorprendida y él me sonrió. A veces siento que no conozco nada de él, es decir, sé no conozco mucho de cada uno y aún así me enamoré de ellos, pero Robin es diferente, solo conozco lo que él quiere que yo conozca y no como es realmente. Ante mis ojos, Robin es un hombre con mucho sentido de humor, le gusta demasiado divertir o molestar los demás, no puede estar serio en todo momento y sé que puede parecer superficial pero el mero hecho que él pueda reírse sin problemas o que no necesites de motivos para hacerlo, me causa un poco de envidia a veces.

—¿Por qué dices eso? Me atribuyes cosas que no deberías.

— Es la verdad. A pesar de ser un Moldovan, de tener una exitosa carrera, de tener a mis hermanos, yo... No tenía motivos para vivir, hasta que te conocimos y te volviste mi motivo principal.— Me dijo en tono bajo, como si estuviera avergonzado, y pude ver su honestidad cruda en sus ojos.

— No puedes depender de mi para vivir, yo no debería ser tu motivo,tu deberías vivir porque quieres vivir.

— No es tan fácil... Sé que para estás alturas debería haber superado todos mis traumas de niño pero no puedo, perdón, no puedo superarlos. Aún necesito de alguien para poder vivir y ese alguien eres tú, Lacey.

Queria discutir, quiero decirle que no me idealize tanto, que yo no tengo más importancia que él mismo pero sé muy bien que es en vano. Sé que Robin probablemente sufrió mucho de niño, no conozco la historia pero estoy segura que no fue una bonita, por lo que no me extrañaría que fuera un maestro de las máscaras y me ocurre su verdadera personalidad o lo que realmente piensa.

— Te amo Lacey, te amo demasiado.— Él le besó la frente y yo sonreí.— Si tú me faltarás, todo mi mundo se destruye y realmente a nadie le gustaría ver eso.

Había una amenaza oculta en sus palabras, no para mí exactamente, sino para aquel que quisiera interferir en nuestras vidas. Si de algo estoy segura, en el momento en que me vendieron a los Moldovan fue el momento en que entre a un mundo peligroso. Ellos pueden ser extremadamente dulces y tienes como extremadamente peligrosos, aún me da un poco de miedo eso.

Mi Problema con las "R" (Temporada Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora