capitulo 5

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Alimentado, un poco cálido, pero mucho más triste, Naruto siguió por la calle hasta que alcanzó a ver un edificio muy familiar y acogedor. Allí, en medio de una fría calle de Tokio, estaba una Iglesia -Un pedacito del santuario de Naruto-. Al instante, el estado de ánimo del chico se levantó.

—¡Las Iglesias no están cerradas! —Dijo para sí mismo el chico felizmente mientras hizo su camino hacia el edificio lo más rápido que las piernas de plomo le permitieron. El alto edificio con ventanas de vidrio, exterior blanco y altas agujas hizo a Naruto sentirse mucho más cómodo y como en casa que en la dorada y oscura casa de Sasuke.

El chico abrió rápidamente la pesada puerta de madera, animándose ruidosamente mientras el calor del edificio lo envolvía. Se las arregló para ingresar al interior de la Iglesia, cerrando la puerta detrás de él tan silenciosamente como era posible antes de caminar de puntitas a los bancos. La Iglesia estaba vacía como era de esperar.

Supongo que la gente no suele venir a confesar sus pecados a las 3 de la mañana, Naruto pensó, pero entonces de nuevo, supongo que a esta hora es cuando la mayoría de los pecados son cometidos...

Naruto se acostó en uno de los bancos de madera dura, tratando de encontrar una posición cómoda, ya que tendría que pasar la noche allí la mente del chico empezó a vagar sobre lo que tenía que hacer al día siguiente...

Tal vez pueda ir a encontrar trabajo... Eso es lo que hacen los seres humanos, ¿No? Tengo que conseguir dinero para comprar comida de alguna manera. Pero ¿Qué puedo hacer? No tengo ninguna habilidad. Quiero decir, yo soy bueno en romper cosas y ocultarlas... Y causar desastres naturales... Pero no creo que haya ningún trabajo de eso...

Los pensamientos de Naruto fueron cortados de alguna manera, por un destello de luz brillante que apareció por encima de él. El joven inmediatamente se sentó, mirando fijamente a la luz con los ojos grandes. La luz comenzó a moverse y formar un tipo de forma después de unos segundos en una forma más definida y Naruto podía ver claramente quien era.

—¡Hina! —El joven chilló cuando su mejor amiga apareció delante de él.

—¡Naru! —Hinata dijo felizmente, con el rostro rompiéndose en una enorme sonrisa —¡No puedo creer que esto funciono! Nunca intenté mostrarme a un ser humano antes. ¡Yo estaba completamente seguro de que no sería capaz de hacerlo en mi primer intento!

—Oh, por favor Hinata, siempre fuiste una, genio a la hora de hacer milagros o trucos como este —Dijo Naruto, incapaz de contener su emoción al ver a Hinata delante de él.

—Te extrañé, Naru —Gimió Hinata, mirando al chico pequeño debajo de él —El cielo no es lo mismo sin ti. Todos los ángeles están muy tristes desde que te fuiste

—También te extrañé y a todos los demás también —Dijo Naruto miserablemente —Odio a la tierra. ¡Algunas personas aquí son tan amables y cariñosas, pero otras tan malas... Y simplemente gastan dinero en hacer cosas estúpidas, ¡mientras que tantas personas están sufriendo! Hinata... No creo que me pueda quedar aquí

—Bueno hay una manera de que puedas regresar —Hinata dijo con entusiasmo. Naruto inmediatamente comenzó a rebotar como un niño de prescolar, excesivamente energético.

—¿Qué? ¿Realmente? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? —Naruto soltó.

—Bueno, creo que Kakashi te extraña también. Quiero decir, él siempre te gritaba, pero todo el mundo sabe que en el fondo realmente le agradabas. De todas formas, habló con los otros ángeles principales y todos decidieron que puedes volver al cielo si te las arreglas para hacer un milagro en la tierra —Hinata explicó. La cara de Naruto cayó tan pronto como oyó las palabras de su mejor amigo.

Fallen Angel // (Sasunaru-Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora