Habits - Jikook

XVII

No sabía bien que había sido eso, pero si de algo estaba seguro era que iba a perder la cabeza por el simple hecho de estar en un mismo lugar que el castaño.

Se sirvió otro vaso de agua para poder bajar un poco las revoluciones de ese momento, se apoyó contra la mesada y simplemente decidió esperar a que el castaño volviera hacia donde se encontraba él.

— Yoongi ya esta viniendo a buscarme — Y la clara voz de Jimin volvió a hacerse presente — Y me pidió que le haga un favor.

— ¿Cuál? — Preguntó con curiosidad el pelinegro.

— Quiere que te diga que salgas con él y Jin el fin de semana — Respondió.

A decir verdad, no quería, no estaba interesado, no le parecía una buena idea, y ya la insistencia por parte de Jin en el asunto lo estaba molestando, porque claramente sabía que era obra de él.

— No tengo ganas de salir — Contestó.

Y Park elevó sus hombros acercándose un poco a él, quedando justo en frente  — Podrías salir a despejarte un poco, son tus amigos, quieren verte bien y no encerrado por...

— ¿...por? — Intentó seguirle la frase.

— ...por una ruptura — Finalizó el castaño — Creo que no te vendría mal un rato afuera con amigos.

— Ya le dije a SeokJin que no quería, seguro fue él quien le Insistió a Yoongi — Aseguró.

— Sí, pero también Yoon está preocupado— Admitió.

Jungkook asintió entendiendo — ¿Vos vas a ir? — No perdía nada preguntando.

— Trabajo — Respondió — ¿Por qué? ¿Queres que vaya?

Ahí estaban de nuevo, en ese juego descarado de probarse el uno al otro, de llevarse al límite con solo palabras, creando un ambiente tenso, el cual cualquiera de los dos podría cortar con tan solo irse de allí.

El pelinegro sonrió y rodó su mirada — Yo no quiero salir — Volvió a decir — Pero iría si hay algo o alguien que me genere un poco de ganas de ir.

Y en ese momento, quien se mordió el labio inferior a sí mismo fue el castaño, asintiendo y conteniendose.

— Hagamos esto, anda con ellos, dales el gusto, y luego te doy el gusto de verme totalmente sobrio y en mis cabales, cuando quieras.

En condiciones normales no diría algo de ese estilo, pero en ese momento ya estaba más allá de sus límites.

Jungkook suspiró, porque sabía que el castaño estaba jugando con algo a su favor.

— ¿Cuándo yo quiera? — Preguntó para asegurarse, logrando que Jimin se acercara más a él.

Instintivamente, la mano del castaño fue a parar al lado de la del pelinegro con la cual se estaba apoyando sobre la mesada, y con su dedo índice comenzó a marcar un recorrido, el cual lograba que Jungkook comenzara a perder la cabeza.

— Cuando vos quieras...— Susurró para luego tirar una de sus mejores sonrisas provocativas — ¿Lo vas a hacer? — Preguntó acercándose más, logrando tomar del todo la mano del azabache.

— Yo...

Y el sonido de una llamada entrante en el celular de Jimin logró cortar el ambiente que habían logrado tener en ese corto tiempo.