XI

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Esperarlo...si, eso era lo que estaba haciendo.  Observó la hora, eran pasadas la una de la mañana. Parte de él estaba emocionado de lo que pudiera llegar a esperar, pero otra parte de él aún seguía medio disgustado por lo de esa mañana.

El clima había cambiado, hacía más frío, motivo por el que se colocó un buzo y se dirigió a la cocina para dejar allí su taza vacía, la cual no podía lavar porque, inútil, solo tenía una mano disponible. Si, así se sentía, un inútil.

Con pasos lentos se dirigió al sofá se la sala de estar y encendió el televisor que tenía en frente, no sabía cómo matar el tiempo y lo malo era que se estaba pasando muy lentamente.

Su estómago sonaba, y ya había dado vuelta la cocina con su única mano para ver si había algo que podía servirle, pero desgraciadamente no fue así y tampoco quería comer tan tarde, porque irse a acostar lleno después hacía que se sintiera mal, por eso fue que había hecho esa taza de té, aunque no fue su mejor opción, y se arrepentía. Un caso bipolar.

Se quedó escuchando música en lo que revisaba por instagram las historias de varias personas, aunque a decir verdad, ni ganas tenía de hacer eso, porque ya ni siquiera tenía sentido considerar amigos a varias de las personas que seguía.

Afortunadamente una notificación logró hacer que una sonrisa en su rostro se dibujara. "Llegó el delivery", eso era todo lo que el mensaje de Park Jimin decía, y fue suficiente para hacer que bajara a abrirle.

•••

Había bajado por el elevador, y detrás de la gran puerta de vidrio podía ver al castaño fumando un cigarrillo, eso en parte le daba gracia, lo bueno era que parecía estar diferente a esa mañana.

Pasó el llavero para que la entrada se abriera, y Jimin tiró la colilla del cigarrillo y empujó de la puerta para abrirla del todo, porque sabía que el pelinegro no podía hacerlo.

— Hola de nuevo Jeon — Soltó sonriendo y levantando una bolsa de plástico — Traigo mi ofrenda de paz y disculpa por lo de esta mañana.

— Que bien — Logró decir — Porque muero de hambre.

Tras decir eso, se mordió el labio inferior y comenzó a caminar nuevamente hacia el elevador, siendo seguido por Park.

El castaño rió — Yo te dije que era una buena idea comer algo cuando te ayudé con tus cosas.

— Pero tenías un humor del asco, así que pasaba de eso — Contraatacó — ¿Me vas a decir que fue eso?

Jimin suspiró y dirigió su mirada al pelinegro — ¿Cómo está tu mano?

— ¿No pensas responderme? — Preguntó no del todo sorprendido.

— Tal vez más tarde — Accedió — ¿Tu mano?

— Duele bastante, a duras penas pude hacerme un té — Respondió — Así que de cierta forma estas salvando a mi estómago — Y bromeó.

Finalmente en su piso, ambos bajaron del elevador y se adentraron en el departamento del pelinegro.

Dándose cierto nivel de libertad, tras dejar su calzado en la entrada, Jimin se dirigió a la cocina siendo seguido por Jeon.

— ¿Platos? — Preguntó señalando las distintas puertas en los muebles de ese lugar.

— Arriba a la derecha — Respondió el pelinegro señalando una puerta en específico.

El castaño tomó dos platos de allí como pudo, porque no estaba del todo en sí, pero tampoco estaba tan ido como podría. Dejando los servicios en la mesada, tomó la bolsa en donde traía la comida y dejó allí una buena cantidad de papas fritas con unos nuggets de pollo.

Habits - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora