Capitulo V

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Quackity

Era otro nuevo día, Quackity estaba escribiendo el siguiente paso que daría, ya había arreglado las cosas con su hijo y le alegraba tener un nieto tan lindo.

Ahora arreglaría los problemas que tenía con sus viejos amores, estaba entre ir a ver a Eret o ver a Jschlatt, realmente preferiría ver a Eret.

Finalmente decidió ir a ver a Sapnap, ¿Por qué? Ni siquiera el lo sabía, había echo un sorteo entre Eret y Jschlatt y termino eligiendo al único pelinegro que amo alguna vez.

Siempre se puede tener un buen cambio de planes.

Ese día se despidió de Fundy diciéndole que cuidara el casino hasta su regreso, el híbrido siempre se preguntaba por qué su jefe estaba saliendo tantos estos últimos días. Le preocupaba pero tampoco quería entrometerse dónde no lo llamaban.

El pelinegro tomo a su caballo y como la última vez que viajo subió en el acomodando unos lentes en sus ojos y su cabello.

Tenía miedo, realmente tenía mucho miedo, hace mucho que no veía al otro pelinegro, inicialmente queri ir a arreglar las cosas con el, pues ys había dado por pedido poder hablar con el castaño, seguramente este seguía enojado con el.

El nunca los dejo de amar, a ninguno de los dos, más tampoco supo hablar con ellos, había arruinado todo y lo compondría antes de que sea tarde.

Había llegado a Kinoko Kingdom, era un lugar realmente lindo, abundaba la naturaleza y juraba que era un hermoso lugar para vivir.

A Luzu le encantaría.

Suspiro tocando la puerta de una casa, conocía perfectamente ese lugar, el día que el pelinegro lo llevo para verse de nuevo, el día donde por fin su relación acabo.

— ¿Quackity?...

Levantó la mirada, sonrió levemente bajando sus lentes dejando ver sus ojos cansados pero (y después de tantos años) con llenos de esperanza.

— Hey Sapnap... ¿Puedo pasar?

El contrario asintió, se hizo un lado dejando pasar al joven alado, lo miro de reojo, lo observó de arriba abajo, sus aladas heridas estaba al aire, su pequeña cola se movía tras el, mantenía una leve sonrisa en su rostro.

Recordó a Quackity, a su Quackity, no a Big Q, no al hombre que fue destruido, si no al chico que conoció en L'Manberg, al chico que calentó si corazón y lo enamoro.

— ¿Está Karl?

Negó levemente, el castaño había salido hace un rato, seguramente se fue a leer o s buscar a George, quien lo más lógico es que estuviera durmiendo.

— ¿Que nesecitas Quackity?

Dijo tranquilo, los dos estaban nerviosos, ninguno se miraba a la cara, ninguno se dirigía la mirada, eran como dos extraños, dos que querían conocerse pero les daba miedo.

— Lo siento

El joven de banda volteo a verlo, puro jurar ver la mirada del híbrido, está llena de lágrimas mientras sonreía, se veía tan cansado, pero están decidido, veía un valor en su mirada que no veía desde hace tiempo.

Veía realmente a Quackity.

— No Big Q, no fue tu culpa.

Este sonrió, se acercó levemente extendiendo sus brazos para tomar al contrario y acercarlo a el, sintió el cálido cuerpo del más chico, sintió sus alas estrujarse, su colita moviéndose, su sudadera siendo mojada por las amargada lágrimas del menor.

[Despertando] [Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora