- ¡Hey! Llevas sin compartir de ese porro más de 3 minutos, ¡Tiempo record Deborah! - Le chilla con simpatía una chica de mirada divertida y coqueta a una chica colocada de de pie frente a ella que la observa, a mi parecer, de forma engreida.
Tan solo verla y ya me he formado una opinión "mala" de ella, mal Samantha, te dijiste que no serías repelente nada más llegar.
Deborah, una chica de 1'75 (estimadamente) decide seguir fumano de lo que parece ser un canuto, le dedica una mirada de superioridad y se tira en la cama como si fuese su primera vez en lo que llevamos de día que la disfruta.Al darme cuenta que no se han percatado de mí llegada decido caminar con seguridad a lo que será mi lado de habitación.
La habitación me ha sorprendido ya que es más grande de lo que imaginé, cada una dispone de unos 5 metros cuadrados y la puerta se encuentra justo entre la mitad que separa su espacio del mío.
Mi lado está compuesto por una cama simple, sin sábanas, sin cajoneras abajo, y de un metal que tiene pinta que al mínimo movimiento que haga las patas que la sujetan van a chirriar más que la puerta de mi antigua casa.
Por lo que sé, las sábanas, toallas, y demás deberé ir a buscarlo a recepción más tarde, así que con ello no tengo problema.
Dos estanterías sujetas a la pared vacías estan colocadas sobre ella, pronto no lo estarán, esto es muy deprimente. Junto a la cama hay una mesita con tres pequeños cajones, una lámpara y un despertador están sobre ella (todos tenemos uno, así nadie tiene excusa de que no ha sonado el despertador, malditos...).
Al final de la cama hay un baúl de madera cincelada en azul marino que se puede abrir y tiene dos cojines morados encima para que te puedas sentar, genial, tiene estilo.
También dispongo de un escritorio con tres cajones y una basura pequeñita bajo él.
Un armario lo suficientemente espacioso está colocado al lado de la puerta perteneciendo a mi lado de la habitación, junto un espejo que cubre toda una puerta de él.
Los colores que forman el conjunto de muebles son blancos y azulados, junto a la moqueta y la pared blanca todo es armonioso, parece sacado de un programa de decoración de interiores, esos que salen en la televisión y a mi tanto me encantan.
Ya puesta mi maleta sobre la cama, me quedo pensando como me voy a presentar...
¿Me giro y les sonrió mucho?
No, eso será demasiado amable, pensarán...Una chica me gira sujetándome del hombro de manera amistosa y decide presentarse por si misma:
- ¿Que tal? Soy Elena y lo que tú pareces ser es mi próxima compañera de habitación, no me digas que tú tampoco soportas el olor a tabaco ¿SABES? Mi anterior compañera de habitación decidió cambiarse de habitación ya que no lo soportaba y como ya...- Se le nota que es de esas personas que tienen bue corazón sin querer, y además, denotaba libertad.
- Bobadas, no me es inconveniente. - Le guiño el ojo y decido presentarme ofreciéndole un saludo que me encanta, llevo haciéndolo des de que en secundaria compusimos un grupo de música rock entre David, Gabriel, y yo. Lastima que terminara por quebrarse a causa de un inevitable traslado de los gemelos.
Consiste en levantar la mano a la altura de tu cara, y hacer el símbolo del rock. Sí, se que suena simple, pero guarda mucho sinñgnificado. - Mi nombre es Samantha.Tras esa breve presentación Déborah pasa a ser el centro de atención de sus amigas consiguiéndolo así con mucho esmero, se nota a leguas que no soporta no serlo, puajj.
Elena se la da, nótese que es por cortesía.
Al terminar de colocar lo traído en mi maleta, observó que continúan a lo suyo, fumando se unos cuantos porros y empezando a disfrutar una cachimba.
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Ni en tus sueños
Fiksi PenggemarElisabeth oculta secretos de los dulces, no. Prefiero no mentir, de los oscuros. Lo que no esperaba era que esos tormentos que ella sufría en silencio cobrarán vida des de que pone un pie en Nueva York, precisamente buscando eso, soltar. Lucian, Luc...