•Los Ayudantes Del Alcalde• Corrigiendo

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-Bueno supongo que con eso acabamos esta reunión-

Anuncio un azabache pasándose su mano derecha por su cabellera en un gesto de cansancio y estrés.

-Un momento Vegetta-

Todos en la sala voltearon a ver al castaño quien sonreía con cierto orgulloso, ante eso todos estaban confundidos.

¿Por que había interrumpido?

-Bien Luzio, puedes hablar-

-Queria anunciarles que logré encontrar a gente de confianza para que sean mis ayudantes. Y que talvez comience a buscar una primera dama o primer caballero-

Todos todos callaron confundidos.

¿Qué había dicho? Menciono a sus ayudantes y una primera dama.....

¿Una primera dama?

¡Una primera dama joder!

Ese fue el anuncio que más sorprendió a todos los presentes ¿Cómo que conseguir una primera dama? O ¿Un primer caballero? A Pesar de aquella enorme confundió, no podían evitar estar felices por el actual alcalde.

Pero eso no había sido repartido para todos los presentes...había uno el cual lo miraba con furia y celos.

-¡Pero hombre! Dinos quién será la afortunada o... ¡Afortunado macho! ¿¡Como no nos enteramos de esto!?-

Exclamó divertido el oji morado abrazando por los hombros al castaño.

-¡Se tienen que casar por la iglesia, ante los dioses!-

Ante eso soltó una pequeña risa, puede que ambos estén en distintos bandos y que tuvieron más bajos que altos...pero eso no significaba que se llevarán mal o al menos no del todo.

-Pero macho....Avisanos de esto primero-

-Tremendo pillo que nos a salido-

Logro escuchar en un susurro las voces de Willy y Stax, quienes, bueno estaban ¿Felices?

-¿Primera dama?-

Fue dicho en un susurro por él azabache sentado en la esquina lejana.

Todos hacían ruido, el castaño solo podía mostrar una sonrisa por el nerviosismo, sentía una mirada penetrante posada en el y sabía a quien pertenecía con claridad.

-¡Lusuuuuuu! ¿¡Webon onde mierdas andas hijo de puta!?-

Todos callaron al oír aquellos gritos, esa voz no era similar a alguna escuchada con anterioridad en el pueblo.

El castaño solo volteo su vista hacia la puerta pasmado en blanco.

Por primera vez en mucho tiempo el híbrido azabache lo vio con otro sentimiento que no sea el odio, viéndolo directamente, notaba la curiosidad en aquellos ojos heterocromaticos. Eso solo pudo poner al alcalde más nervioso, sus ayudantes eran unos completos inútiles cuando podían.