1.ᴅᴇᴄᴇᴘᴄɪᴏɴ.

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Ya perdí el conteo de las veces que he revisado mi reloj de muñeca. Mis piernas se mueven en una acción nerviosa debajo de la mesa. Bebí un poco del agua en la copa volviendo a colocarla sobre la superficie con un fino mantel blanco. La fina vajilla sigue intacta, aún no me había atrevido a pedir teniendo la ilusión de su llegada.

—Señora, ¿está lista?

Preguntó, el mozo por cuarta vez. Le sonreí nerviosa esperando que entienda lo mismo que le dije las otras veces anteriores. <<Esperaré un poco más>>, ¿Cuánto más debo esperar sabiendo el final de todo esto? Tragué saliva conteniendo el nudo ardiendo en mi garganta y el tenue dolor en el pecho.

Mis ojos se fueron a la enorme puerta de vidrio de entrada, instantáneamente pensando en que al fin había llegado, pero solo era la ilusoria esperanza ciega que me mantenía con vida. No era él, de nuevo. ¿Cuánto más soportaré? Carraspee al sentir un sollozo atrapado en la garganta queriendo salir. No podía permitirlo. No quería admitirlo.

Rebusque en mi pequeño bolso mi teléfono celular, tal vez le había pasado algo, tal vez había tenido un inconveniente de última hora en su trabajo y se le olvidó avisarme, él solía ser un poco despistado con algunas cosas, pero ahí estaba yo para ayudarlo, en lo que sea que necesitase.

Cómo supuse a las próximas veces que revise, nada ni un mensaje. Salvó el de mi hermana menor preguntando por la velada. Quise reír, porque ella desde un principio me ha dado su muy buena opinión sobre todo esto, una donde había irreverentes insultos hacia la persona con quién comparto mi vida.

Le contesté junto a un emoji sonriente: "de maravilla"

Más lejos de la realidad no podía ser cierto. No podía decirle la verdad, no podía decirle algo que yo no quiero admitir. No puedo o tal vez no quiero. Suspiré, ya era demasiado tarde y debía volver a casa. Lamentaba mucho que se echara a perder la velada, había reservado en ese restorán con días de anticipación sabiendo que era su favorito.

Quería que fuera una sorpresa, una donde festejar que había ganado un importante caso ante la justicia convirtiéndose en el favorito del bufete de abogados más grande de Seoul. Lo tenía más que merecido cuando había trabajado muy duro para conseguir la posición que llevaba hoy en día. Lo había visto desde sus inicios, desde que comenzó la carrera de leyes, yo lo acompañe.

Y lo sigo haciendo hasta el día de hoy.

La noche estaba algo fresca cuando salí, nada que no se pudiera tolerar. Acomodé mejor el cuello de mi gabardina y emprendí camino hacia la calle principal, tampoco había querido traer el auto, pensé que después de esto nos regresaríamos juntos. Detuve un taxi y una vez arriba le indique la dirección de mi hogar.

"Estoy yendo a casa"

Fue todo lo que decía mi mensaje esperando por alguna respuesta que en los siguientes quince minutos en que quedé mirando fijamente a la pantalla de mi teléfono jamás llegó. Suspiré sintiendo otra vez esa horrible presión en el pecho, está vez presentándose el escozor en mis ojos, pero evite por todos los medios soltarlos. Era una ridícula en ponerme así, estas cosas pasan, suelen pasar.

Pero a mí me pasaba con más frecuencia últimamente.

Abrí la puerta principal encontrando todo como lo dejé, en completa soledad y oscuridad. Coloqué mi abrigo, bolso y zapatos en la entrada, común iba caminado en el interior lágrimas silenciosas mojaban mi mejilla, solo encendí la luz que iluminaba la isla central de la cocina. La primera vez que vi está casa me enamoré de ella, una demasiado espaciosa y lujosa. El regalo de bodas de su parte.

Cada rincón fue decorado a mi gusto porque él quería cumplir cada capricho que yo tuviera, quería verme feliz, quería que fuera la mujer más feliz del mundo. Sus palabras eran las de darme el mundo entero si fuera necesario, pero lo único que yo necesitaba para que mi mundo fuera perfecto era a él. Su amor. Su corazón.

Frente al espejo del enorme baño de la habitación comencé a desmaquillarme, peiné mi cabello finalizando con una suave trenza. Me coloqué aquel camisón de seda de color lila que el amaba y me dispuse a meterme entre las sábanas de seda egipcia. Tan reconfortables cómo suaves. Sin embargo, eso no llenaba el frío que mi cuerpo sentía viendo el tiempo pasar.

¿Cuánto más debo resistir?

Sentí el ruido de la puerta principal abrirse, el silencio transcurrir por varios minutos y luego a él entrar por la puerta de nuestra habitación. No me moví, espíe por el despertador sobre mi mesa de luz que eran las tres de la mañana, él no podría verme al darle la espalda haciéndole creer que dormía profundamente cuando la realidad era que lo estaba esperando con el nudo atravesándome la garganta como una filosa daga.

Hizo en tranquilidad su rutina hasta colocarse su pijama. Se acostó tan lento que era imposible sentirlo. Su calor me envolvió sobre mi espalda, al igual que su brazo rodeando mi cintura, su respiración en mi oído y el casto beso que plantó en la piel desnuda de mi hombro me sumergió en la paz. Estaba todo bien. Él volvió a mi lado.

 Él volvió a mi lado

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Hola otra vez. Vengo con esta nueva historia que será bastante corta y está inspirada en la canción de Sam Smith "I'm not the only one"

Admiren la hermosa portada y el banner por mi soulmate _Park_JJ

Espero les guste. No olviden votar y comentar.

Se les quiere mucho.

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❝𝘐'𝘔 𝘕𝘖𝘛 𝘛𝘏𝘌 𝘖𝘕𝘓𝘠 𝘖𝘕𝘌❞  ᴷᵀᴴ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora