ᴅᴇsᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀ. ᴱˣᵗʳᵃ.

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La puerta es golpeada suavemente, con voz firme le permito el acceso a mi secretaria. Camina tranquila hasta mi escritorio con algunos papeles en su mano. No puedo evitar observarla de arriba abajo. Es hermosa, mi percepción a la hora de contratarla se vio un poquito inclinada hacia lo visual, para que mentir. Sin embargo, aparte de ser hermosa es inteligente, trabaja muy bien y eso es lo primordial.

Deja los papeles sobre el escritorio con una sonrisa suave esperando por órdenes.

—Debe firmar esto para que el juez Yoo acceda a los archivos del nuevo caso.

Los firmo rápidamente entregándole los papeles en mano, aprovecho de tocar la delicada piel de su extremidad en un intento por llamar su atención.

Hasta ahora es la única que me ha rechazado.

Esta sonrojada, se retrae llevando los documentos hacia su pecho. Es tan hermosa, inocente que de tan solo pensar que podría tener algo con ella me divierte. Lástima que se ha vuelto la voz de mi conciencia, al parecer.

—Señor Kim, debería pensar en su esposa.

Se va rápidamente, mi humor ha decaído un poco al darme cuenta, de nuevo, que le estoy faltando el respeto a JiEun. Suspiro frustrado porque hasta ahora no se ha dado cuenta de mis faltas. No puedo permitirme perderla, ella es la mujer de mis sueños, es lo que siempre soñé. Desde la primera vez en que la vi, me enamore de ella.

No la merezco.

Miro el retrato sobre el escritorio donde está ella sola sonriente, una fotografía que le saque cuando fuimos a París de viaje. Es tan hermosa, ella es mi cable a tierra, me da más de lo que pido.

Pero eso no me impide acostarme con otras. La voy a perder sino me detengo. Esto está mal. Muy mal.

Levantó el teléfono marcando el número de mi terapeuta. Hace unos días atrás, JiEun me reclamo encontrar perfume de otra mujer en mi ropa, no lo niego, fue de una amiga a quien le gusta oler bien. Tampoco me detuve cuando me busco. Desde ese momento, supe que sino hacia algo, mi matrimonio se iría a la basura.

Mientras ella no lo sepa, puedo salvar todo.

Estoy mintiendo, estoy fallando y sé que JiEun sospecha de algo. No le daré opciones para que me deje. Sé que tarde o temprano tendré que decirle la verdad, pero mientras tanto, quiero entender porque de mi conducta. Debo remediar esto.

•••

Son las nueve cuando llegó a casa. Todo se encuentra a oscuras y eso se me hace extraño, a esta hora mi esposa está esperándome con la cena lista. Tal vez este cansada y se marchó a dormir temprano. Abro la puerta principal, el silencio del interior me da escalofríos. Mi corazón retumba en mi pecho con un amargo presentimiento.

Enciendo las luces dejando mis cosas en el recibidor. Avanzo encontrándome la mesa del comedor con el desayuno intacto de esta mañana.

—¡Cariño! —silencio, mi corazón salta dentro de mi pecho— ¡JiEun, ya estoy en casa! ¿Dónde estás?

Giro buscándola, en la cocina no hay nadie, vuelvo a la entrada buscando mi maletín con la intención de buscar mi celular y llamarla. Tal vez salió por una emergencia olvidando avisarme.

Ella no suele ser así.

Es cuando mis ojos recaen en una carta con mi nombre sobre la mesa del recibidor. El mal presentimiento se acrecienta. Mis manos tiemblan cuando lo abro para revisar su contenido, es la letra de mi esposa. No estoy preparado para lo que leo al siguiente.

No entiendo, estoy atónito, en shock. Releo la carta que mi esposa me dejó un par de veces. Esto es imposible. Ella… ella me abandono. La furia me invade, dejó caer aquel papel al suelo con asco. Gruño buscando en el bolsillo del costado de mi maletín mi celular, la llamo, pero nadie me contesta.

❝𝘐'𝘔 𝘕𝘖𝘛 𝘛𝘏𝘌 𝘖𝘕𝘓𝘠 𝘖𝘕𝘌❞  ᴷᵀᴴ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora