El sueño

1.1K 87 2
                                    


Desde hace varias noches que un extraño sueño a perturbado la paz de la princesa Helaena; gritos, sangre, llantos de bebes, el aleteo de dragones de agua y fuego, un dragón negro y verde rugiendo desde lo alto del faro de Antigua y todo envuelto en llamas de color verde intenso. En estos momentos Helena agradecía no compartir habitación con su hermano-esposo Aegon, pues seguramente el la tomaría por loca al contarle acerca de este sueño, la incertidumbre la consumía no sabia que hacer, toda su familia jamás comprendía sus sueño, la escuchaban pero no hacían el esfuerzo por tratar de comprender sus palabras. Helaena caminaba de un lado para otro en su cuarto, era molesto oír a Aegon con las sirvientas, pues algunas de ellas se "peleaban" por la atención del príncipe y estaban deseosas por tener en sus vientres a un bastardo de Aegon; otras aunque no querían estar con  el terminaban siendo obligadas a pasar la noche con el, para después desaparecer del castillo; en fin, el ruido de gemidos y el rechinido de la cama no dejaba a la princesa pensar apropiadamente, si seguía caminando seguramente haría un hoyo en el piso.  En medio de sus pensamientos una esfera negra rodo hasta sus pies.

-¿Quien esta ahí?-pregunto sin obtener respuesta, miro detenidamente la esfera y estaba escrito la palabra Dreamfire, ese eran el nombre de su dragón; su madre no la dejaba volar casi nunca, ella podía contar con los dedos de la mano las veces que había volado; entonces otra esfera rodo hasta ella, en esta estaba la palabra "Soves", vuela...Helaena no lo pensó mucho y salió rumbo a donde estaba guardado Dreamfire, algo en su interior le decía que debía ir allí. 

Podría ser difícil esquivar a los guardias, pero Helaena conocía de algunos pasadizos secretos, lo bueno es que todo el mundo estaba pendiente de sus hermanos y hermana como para prestarle atención a ella, esto le permitió vagar con un poco más de libertad por el gran castillo, muchas veces acompañada de sus hijos. Después de un rato caminando logro llegar con su dragón, rara fue la sorpresa de ver a una chica de cabello blanco como la luna y ojos purpuras que brillaban con las antorchas del lugar, su ropa parecía más de un príncipe que de una princesa y lo más raro es que Dreamfire parecía estar en total calma con ella.

-¿Quién eres tú?

-Mmm...oh nadie importante su majestad o tal vez soy alguien más importante que usted, pero no ahora, en este momento usted es la importante-dijo la chica acercándose al dragón para atarle las correas para que Helaena pudiera montar

-Mi madre no me deja montar en dragón

-Yo no veo a tu madre por aquí, aparte necesitas despejar tu mente-ella se acerco a Helaena tomándola suavemente de su mano para guiarla hasta Dreamfire-Eres una Targaryen, volar a lomos de tu dragón es la mejor forma de despejar tu mente

-¿Por qué debería confiar en ti?

-No lo se, en vista de que no has llamado a los guardias, supongo que confías en mi-Helaena aun con algo de duda dejo que la chica la ayudara a subir a la silla de montar-Princesa Helaena, tomame como una voz que te quiere ayudar, aparte como sabes que soy real y no un producto de tu desesperada imaginación, la cual exige respuestas por esos raros sueños

¡SOVES DREAMFIRE!, Helaena no quería seguir escuchando a esa extraña chica, el enorme dragón salio volando y ahora la princesa se encontraba a kilómetros del suelo; Helaena podía comprender un poco a Aegon ahora, volar era ser libre de cualquier atadura del palacio, aquí solo eran ella y Dreamfire, no había títulos ni obligaciones, solo un jinete con su dragón.

-Nada mejor que un vuelo nocturno para despejar la mente he princesa-Helaena no daba crédito a lo que sus ojos estaban viendo, la chica que había dejado en el suelo ahora tenia una enormes alas negras con plateado saliendo de su espalda, acompañados de unos cuernos retorcidos que salían de su cabeza, sus uñas eran garras, partes de su rostro tenían hermosas escamas que relucían con la luz de la luna y justo en su espalda baja una cola casi tan grande como su cuerpo-¿Qué, nunca vio un dragón?

El sueño que lo cambio todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora