Lo quiero...

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Tres años después

-¡¡MAELOR!!-gritaba el príncipe Aegon tratando de alcanzar a su hijo, el cual apenas tenía tres años, pero ya había aprendido a caminar y se la pasaba de un lado a otro siendo perseguido por sus padres y el amante de estos dos; mientras Aegon trataba de atrapar a su hijo para la hora del baño, Jacaerys trataba con su mayor esfuerzo de peinar a Jaehaera, la niña de ya siete años llego corriendo hacía su primo mayor pidiéndole que la peinara como siempre lo hacía desde hace ya tres años

-Jace, ¿Seguro que puedes hacerlo?

-Claro que si Era, ¿O acaso ya no confías en mi?-el príncipe Velaryon trenzaba el pelo plateado de la niña tratando de no tirar del cabello

-Confío en ti, pero hoy quiero lucir muy bonita

-¿Y eso? Acaso tienes un pretendiente Era

-Si...mi primo Egg-Jacaerys se rio ante las palabras de la niña, su hermano menor Aegon III era todo un caso con las niñas, mucho querían pretenderlo, pero el las detestaba a todas, huía de ellas, les hacía caras o muecas y la mayor parte del tiempo se la pasaba escondido en su cuarto-Quiero verme bonita y que así de esa forma Egg me de un beso

-Oye no estás en edad de pensar en besos, eso es para los adultos

-Mmm...pero, Egg es lindo y he oído de las sirvientas que mi primer beso debe ser con alguien lindo

-Puede que si, pero deberías tratar de pasar más tiempo con mi hermano y si realmente te agrada y tu le agradas a el, pueden darse un beso-Jacaerys desde que se convirtió en el amante secreto de Aegon y también en parte de Helaena, convivía mucho con sus tres niños y tenían buena relación; aunque en ocasiones el debía irse para pasar tiempo con su verdadera prometida es decir Baela, todo para que ella no sospechara, pero era obvio que algo entre ellos dos no iba bien, rara vez tenían contacto físico o se besaban en público, fuera de eso algunos roces y sutiles coqueteos eran percibidos por la gente que podía verlos; por parte de Jacaerys no había amor, pero era notorio lo enamorada que estaba Baela de el-No le digas a tu padre de esto o mi hermano menor no amanecerá vivo

-No te preocupes es un secreto

-Ahora ustedes dos que tanto secretean-decía Helaena entrando con su otro hijo a la habitación, mirando a Jace y a su hija muy entretenidos hablando entre ellos dos de manera muy animada

-Nada madre, cosas de primos

-Mmmm...cosas de primos, claro-la joven princesa se tumba en la cama seguida de su hijo, después todos ven entrar a Aegon cargando a duras penas al menor de los niños haciendo que los cuatro se rían-¿Quieres ayuda?

-Te lo agradecería mucho esposa-Helaena tomo a su hijo menor en brazos para dirigirse a hacía las sirvientas para decirles que ya podían preparar la tina de baño para el pequeño príncipe-Jaehaerys quédate con Jace y tu hermana ¿De acuerdo?-el niño pequeño solo asiente, sentándose junto a su primo y hermana; los tres se la pasaron hablando alegremente, cuando escucharon el golpe de la puerta entrando Arley con los nuevos trajes para los niños y también para los príncipes mayores ya que el día de hoy era la fiesta de bodas de Aemond, Lucerys y Rhaena; con ayuda de la sirvienta y también entre ellos se alistan para reunirse con sus respectivos hermanos.

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Habitación de Aemond

Aegon, Helaena y Daeron irrumpieron en la habitación de su hermano el cual estaba siendo preparado para la ceremonia de boda por varios sirvientes; Aemond no se veía particularmente feliz...podían decir que se veía sereno como si realmente no le importara lo que estaba a punto de suceder; en estos tres años que Lucerys se estuvo sometiendo al tratamiento y que Rhaena lo estuvo acompañando, Arley había dado la noticia que finalmente ya estaba listo para concebir algún día por lo que el Rey Viserys no dudo ni un segundo en figar fecha para la boda; el día en que anunciaron la fecha de la unión Lucerys lloro mucho en los brazos de Rhaegon no quería casarse con un hombre que nunca lo amaría, pero después de eso Aemond se había estado comportando más amablemente con el y con Rhaena, aunque a casi nadie le daba buena espina ese comportamiento

El sueño que lo cambio todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora