Maroon

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THE LIPS I USED TO CALL HOME

Historia inspirada en 'Maroon'
Escrita por: Ismael Baena

Aunque ya nos conocíamos de vista, empezamos a hablar un 12 de marzo. Qué curioso, mi número de la suerte de nuevo haciendo aparición. ¿Fue suerte conocerte? Durante meses he tenido mis dudas, hoy creo que sí. ¿Buena suerte o mala suerte?

Nuestra primera conversación fue sobre Miley, Taylor y Rosalía y "cantamos" en el chat de Twitter los lyrics más bonitos y tristes jamás escritos. "AND I WAS NEVER GOOD AT TELLING JOKES, BUT THE PUNCHLINE GOES..."

En esos días yo fingía que controlaba mi vida, porque era lo que se esperaba de mí (principalmente era yo quien lo esperaba), pero claramente hacía semanas que había perdido el control. El trabajo me controlaba a mí y yo había descuidado a las personas que más feliz me han hecho nunca.

La primera vez que nos vimos lo hicimos como futuros amigos, al menos esa era la versión oficial, porque ambos teníamos ya a alguien. Pero en dos horas de conversación, risas, nervios y abrazos sentí tantas cosas que mi mundo gris brilló con colores que ni siquiera pude reconocer.

A mi complicada ecuación se había añadido una incógnita que empezaba a despejarse, y "despejarse" es solo un tecnicismo, porque si todo era como parecía ser, complicaba aún más mi vida sin control.

Pero en medio de la ansiedad, hablar contigo era mi remanso de paz, y yo quería más.

Así que nos dimos más. Caricias y abrazos, risas, pelis de Marvel y más risas. Hasta desmontamos el mueble del salón. Y desde ese día hasta hoy, uno de tus anillos está entre los tatuajes de mi mano izquierda.

Dimos más pasos hacia delante, abriendo nuevas puertas juntos sin haber cerrado las que abrimos con otros.

La segunda vez que nos vinos, bailamos entre el salón y la cocina, y no recuerdo qué canción era, solo lo cerca que estabas, el olor de tu sudadera, las ganas que tenía de besarte. Y que en mi mente no paraba de sonar "we ́re dancing ́round the kitchen in the refrigerator light". Y pensé "esto es como All too well... espero que no acabe igual".

Alargué la tarde todo lo que pude para que te quedaras a dormir, y me sentí un poco maquiavélico hasta que me di cuenta de que tú habías hecho lo mismo, porque solo hablaste de irte cuando ya no tenías opción de coger el metro. Y cuando te ofrecí quedarte, tus palabras titubearon un segundo, pero tus ojos me gritaron un "sí" rotundo. Esa noche dormimos abrazados, deseando más, pero satisfechos con eso. Y siempre recordaré cómo era despertarse a tu lado.

La tercera vez que nos vimos te reías sin sentido, y cuando te pregunté me dijiste que lo hacías porque estabas feliz de estar conmigo. Esa noche, además de tu sonrisa, me regalaste un tímido primer beso.

Después de días muy complicados, de muchas conversaciones incómodas, de verdades que dolían, de silencios que mataban, de recuerdos que ardían y de dejar mucho atrás, pareció que todo empezó a mejorar cuando miré al futuro contigo. Aunque en ese momento nunca me paré a pensar cómo de lejos mirábamos cada uno.

La cuarta vez que nos vimos, de noche, borrachos (y no solo de ilusión), me besaste entre luces de neón. Y entre gente bailando, aunque estábamos rodeados, por un momento no existió nadie más. Fue ahí cuando definitivamente te elegí a ti. Ahora cada vez que escucho "Did you ever have someone kiss you in a crowded room?" me acuerdo inmediatamente de ese momento.

Esa noche la línea 4 fue testigo de cómo me agarrabas la mano, medio dormido sobre mi hombro.

Mi cama nos volvió a acoger y nos ofreció placeres que no queríamos rechazar, pero aun teníamos barreras que romper, así que nos limitamos a volver a dormir, y a darnos solo paz.

La quinta vez que nos vimos, al despedirnos en un andén, me bajaste la mascarilla y me diste un beso. Y yo recé por más momentos como ese.

Me incluiste en tu vida de una forma tan simple que no entendía cómo me sacaste igual de fácil, aunque ahora que lo pienso tiene todo el sentido. Desde aquel 12 de marzo siempre lo hiciste todo muy sencillo.

Hablar contigo era fácil, abrazarte era como tocar el cielo, reírnos juntos era como estar colocado, tocarte era el clímax y sentirte lo más cerca posible era una puta epifanía.

La sexta vez que nos vimos, la lluvia nos sorprendió besándonos en un semáforo, y yo no podía dejar de mirar tu sonrisa, tu piel morena y tu pelo mojado.

Pero hoy todo son recuerdos, aunque ahora duelen menos y duran más.

Me despertaba por las noches después de haber soñado contigo, y sí, parecía Bella llorando por Edward, me hace gracia pensar en eso ahora, pero entonces tu recuerdo sobre mí me agarraba el cuello y me apretaba el estómago.

Hay sitios a los que aún no he sido capaz de volver porque todo me grita tu nombre, de hecho la primera vez que salí de fiesta después de que te fueras, parecía que tanto la música como la gente me susurraban al oído cada momento que viví contigo, en especial aquella noche en que me besaste delante de todos, así que me derrumbé como nunca lo había hecho.

Y yo que siempre me había sentido orgulloso por no ser una de esas personas que cuando beben se rayan y lloran o llaman a su ex.

No, no te llamé.

Pero hay mil canciones que me recuerdan a ti. Al final sí acabamos como All too well.

Solo he pasado una vez por la zona donde nos vimos aquella primera vez, y los recuerdos eran como cuchillos.

He dejado ese piso donde cada vez que iba del salón a la cocina nos veía bailando abrazados.

No puedo (o no quiero) recordar tus besos, pero no he vuelto a ver una sonrisa como la tuya.

He vuelto a salir de fiesta, pero nunca a aquel lugar donde me besaste.

Ahora odio las mascarillas aún más que antes, nunca me la pongo en el metro.

La lluvia que nos acompañó en abril ahora es fría y cala hasta los huesos.

He gritado tu nombre cada día desde que el cielo escarlata de Madrid se llenó de sombras de los recuerdos que dejaste cuando te fuiste.

"And I wake with your memory over me, that ́s a real fucking legacy to leave" 

Taylor Swift - Maroon

Taylor Swift's Midnights MayhemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora