Capítulo 31.

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Volví a mi cama temblando. No no no no.

No puede ser.

Ashton no podía haber muerto.

Quizás era otro Ashton Irwin. No era posible. Me desmaye justo en mi cama sin que nadie se diera cuenta.

A la mañana siguiente, me dejaron ir y como temía los exámenes dijeron lo mismo que le habían dicho a mi mamá años atrás.

-Mamá,¿puedo ir a ver a Lauren y a Luke?-pregunte sonriendo un poco.-

Ella dudo un poco pero luego asintió dándome una pequeña sonrisa. Subí a mi habitación y me puse un jean celeste rasgado y un suéter gris. Salí por la puerta y empecé a caminar pero hacia la casa de Michael. Necesitaba verlo. Toque la puerta y a los minutos la abrió.

-Hola.-susurré.-

-¿Como estas?-pregunto. Esa pregunta me quebró porque ya no sabia si estaba bien o mal.-

El me envolvió en sus brazos y recoste mi cabeza en su hombro .

-Me estoy volviendo loca.-murmuré.-

-Te prometo que todo va a mejorar.-dijo el besando mi frente.-

En ese justo y preciso momento, un carro paro enfrente de la casa.

-¿Crees que no sabría que vendrias para acá?-pregunto mi mamá.-

-Tenemos que hablar.-dijo Jay.-

-¿Por qué siempre pasa esto en mi casa?-dijo Michael soltando un bufido y dejándolos pasar.-

Nos sentamos en la mesa. Yo al lado de Michael y mi mamá al lado de Jay.

-Hay muchas razones por las cuales no deberían estar juntos.-dijo mi mamá.- Pero hay una en especial...-

Sabia que algo horrible estaba a punto de pasar.

-Jay y yo tuvimos un amorío hace muchos años.-dijo mi mamá.-

Lo primero que pensé fue que Michael y yo eramos hermanos.

Pero no era posible, porque nuestras facciones eran muy diferentes.

-¿No somos hermanos, verdad?-pregunto Michael con cierto tono de nerviosismo.-

-No.-respondió Jay.-

Solté un suspiro de alivio.

Jay tomo aire y miro al techo como buscando una forma de suavizar lo que estaba a punto de salir de su boca.

-Pero no soy tu padre Michael.-dijo Jay.- Al menos, no tú padre biológico.

Michael era muy bueno ocultando sus sentimientos. Pero sabia que esto no iba a ser fácil para el.

-Yo lo sospechaba pero confirme mi teoría después de que tu mamá murió.-dijo Jay.- Pero si soy padre de alguien en esta habitación.-

Trate de respirar. De mantener la calma. De no explotar. Aunque sabia que lo iba a hacer.

-Asi que básicamente, nuestras vidas son una mentira?-susurré.-

-No todo es una mentira.-dijo Jay.-

-¡Nos mintieron!- grite con impotencia.- ¡Toda una vida llena de malditas mentiras!-

Michael trato de calmarme pero yo no me iba a calmar. Ellos no merecían mi calma.

-Maddie, cálmate.- dijo mi mamá.-

-¡Maldita mentirosa!-grite levantándome.-

-¡Madison!-me regaño Jay.-

-No te atrevas a hablarme, tu no eres y nunca seras mi padre.-dije en la forma más enojada que pude.- Mi verdadero padre está muerto.

-Soy tu padre y vas a obedecerme.-dijo mirándome firmemente.-

-No obedezco a nadie.-dije mirándolo furiosa.-

-¡Maddie!-dijo mi mamá.-

-Ya soy adulta y puedo hacer lo que quiera.-dije firme.- Y no quiero estar ni un minuto más contigo.-

-¿Y con quien vas a estar?-dijo sarcástica.-

-Conmigo.-dijo Michael.-

-Ya veremos cuanto durara eso.-dijo ella enojada y se fue con Jay lanzando la puerta.-

-¿Eso significa que nos dejaran en paz?.-

-Significa todo lo contrario.-dijo Michael.-

Bad ExampleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora