Me quede sin habla por unos segundos.
-No puedes hacer eso.-dije.-
-Claro que si.-dijo el.- Yo hago las reglas.-
-¡Entonces no quiero jugar el maldito juego!-grite enojada.-
Era algo tan estúpido e ilógico como todas nuestras peleas terminaban en un beso.
Se separo de mi y me ordeno que me montará al auto y obedecí. Mis labios ardían y estaban rojos.
Manejaba con desesperación hasta llegar a su casa.
Cuando llegamos y me llevo a su habitación, me apoyo en la pared y me beso y lentamente fue mordiendo mi labio. Retiro el cabello de mi cuello lentamente, y empezó a besar mi cuello dejándole chupetones alrededor de el.
Si había algo que yo amaba, era el sabor de sus labios. Si se que suena muy estúpido, pero era como la droga más fantástica que podía existir. Me llevo a la cama lentamente poniéndose encima de mi. Levanto mi suéter lentamente y lo lanzó al suelo. Sus manos estaban en mi cintura y sentí como empezó a besar todo mi abdomen.
-Maldito.-gemí lentamente y el solto una risita y me beso.-
Terminó de sacar mis pantalones y empezó a besar cada una de las partes de mi cuerpo.
Esta vez no estaba tan nerviosa como la otra vez, pero aun así tenia miedo. Y era porque sabia que estaba empezando a sentir algo por el.
Cada toque me producía mas obsesión. El era mi droga. Maldición y detestaba que lo fuera.
-Sabes que no soy bueno para ti.-susurré el en mi oído mientras besaba mi cuello.-
No sabia por que había dicho eso, aunque tenia razón.
Le respondí con total honestidad.
-Lo sé, y no me importa.-dije besándolo.-
El sonrió.
Llegue al punto en que mi respiración se empezaba a entrecortar y la de el también. Cuando ya solo te concentrabas en la mejor parte de todo. Pero esta vez no fue como la otra.
Fue mucho mejor.
Quizás porque los dos sabíamos en nos habíamos metido y no estábamos en ningún efecto del alcohol. Sabíamos lo que estábamos haciendo y nos gustaba. Ya no eramos "amigos" y nos valía mierda.
Mi cuerpo convulsionó.
-¿Estas bien?-susurro en mi oido y me beso.-
-S-si.-susurré.-
-Mía.-susurro el en mi oído y yo asentí y lo bese de nuevo.-
Y al final, tampoco fue como la otra vez. No llore y no me sentí mal conmigo misma, porque el se quedo ahí conmigo. Yo estaba recostada en su pecho, recuperando el aliento. No hablábamos, yo fingía que el estaba dormido y el fingía que yo estaba dormida pero ambos estábamos despiertos. Yo estaba respirando tranquilamente oyendo su corazón latir.
-¿Estas despierta?-susurro el.-
-Si.-respondí.-
-Esta bien.-dijo el.-
-¿Puedo quedarme aquí hoy?-
-Claro.-dijo el.-
Nos quedamos un rato así y luego me levante.
-¿A donde vas?-pregunto.-
-A ningún lado.-dije sonriendo. Abrí su closet y me puse una de sus camisas.-
-¿Tienes una obsesión con mis camisas?-dijo poniéndose su jean.-
-Si.-dije acercándome y poniendo mis brazos en su cuello.-
En ese momento el timbre sonó.
-Quedate aquí.-dijo y salio del cuarto.-
Me pegue a la puerta para oír la conversación.
-Michael Clifford, más te vale que termines lo que estas haciendo.-dijo una voz profunda y molesta. Era su papá.-
-Es mi trabajo.-dijo Michael.-
-No me importa, perdí a tu madre y no te perderé a ti.-dijo y después oí un portazo.-
Me aleje de la puerta cuando sentí que Michael estaba subiendo las escaleras.
-¿Oiste todo?-pregunto.-
-Si.-asentí tímida.- ¿Que pasa?-
-A mi papá no le gusta mi trabajo.-
-¿Cual es?-pregunte.-
-Digamos que tiene que ver con... Distribuir.-dijo el bajando la cabeza.-
-¿Droga?-pregunte.-
-No exactamente.-dijo el. Pude notar que estaba nervioso.-
-Michael.-dije acercándome a el.- ¿Y si te pasa algo?-
-Claro que no, tengo práctica.-dijo el.- Necesito mostrarte algo, pero no diras nada.-
-Esta bien.-susurré.-
Abrió su closet y empujo su ropa para un lado mostrando lo que parecía una puerta.
-¿Narnia?-pregunte riendo.-
-Muy graciosa.-dijo el.- Pasa.-
Me acerque nerviosa y ahora entendí lo que hacia.
-¿No eres un asesino mafioso verdad?-pregunte nerviosa.-
-No, te dije que tenia que ver con distribuir.-dijo el- Aunque cuando se enojan contigo, no viene mal utilizarlas.-dijo serio.-
Me voltee y lo mire.
-¿Ganas mucho?-pregunte.-
El me miró obvio.
-Claro.-respondió.-
-Renuncia.-pedí.-
-Maldición, tu también?-pregunto.-
-No quiero que te hagan daño.-dije poniendo mis brazos en su cuello.-
-Está bien.- dijo lanzando un bufido y me cargo y me tiro en la cama.- Renunciare hoy en la noche.-
Me parecio raro que haya accedido tan fácilmente, pero ignore eso y le sonreí.
Bajamos a la cocina y vi la puerta de vidrio que daba al patio trasero. Era muy lindo, con césped y el cielo se veía perfectamente.
El se acerco a mi y puso sus manos en mi cintura y me beso y después empezó a darle pequeños besitos a mi cuello.
Y así fue todo mi día.
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Bad Example
FanfictionEl era la droga. Y yo la consumidora. El era el sufrimiento. Y yo era la que sufría. El era el enemigo. Y yo era la inocente. El era el chico malo. Y yo era el ángel. El era la oscuridad. Y yo me adentraba en ella. El era el placer. Y yo me consumía...