2 de febrero

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-Hoy es el día, todo tiene que estar listo en una hora.

Escuché la voz de una persona fuera de mi casa, este día era como una tortura con agua helada y toques.

Todas las miradas estarían en mí, incluso si no se encontraban en el mismo lugar que yo, estarían al pendiente de mis actos. Todos los años pasaba lo mismo, la presión, los nervios. Era básicamente el pánico escénico que me causaba al estar frente a todo el mundo. Sé que muchos pensarán que ya debería estar acostumbrado, pero no podía, mis patas temblaban solo con las miradas, las cámaras, bueno ellas me dejaban como estatua. Todo dependía de mí, los animales y personas echarían un vistazo a mis acciones. Siguiéndome con sus ojos de un lugar a otro.

-Vamos Phil echa un vistazo.

Quería contestarle; ¿porque no lo haces tú? ¿No es mucha presión para un indefenso animal? Para ti es muy fácil decirlo, sal, echa un vistazo frente a todas esas personas.

Comencé a caminar fuera de mi casa, tenía los ojos cerrados así que lo hacía con calma. Respiré y abrí los ojos, levanté una pata y luego la otra, no había nada. No estaba la estúpida sombra que me atormentaba. Si pudiera hablar les diría.

-¡Ya viene la primavera!

Por suerte uno de los humanos con micrófono pudo decirlo por mí. Alguien más me tomo entre sus brazos, todos comenzaron a gritar por mi predicción.

-¡Phil la marmota lo hizo de nuevo, se acerca la primavera!

Los humanos eran una cosa, no, cosa no. Tal vez era mejor decir una creación extraña, ¿no sería más fácil para ellos checarlo en alguno de sus aparatos? Si así fuera, yo no estaría con los nervios de punta, no habría tanto escándalo y todos estaríamos en paz mientras continuamos con nuestra vida. 

Cuentos y peripeciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora