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Émpatico

Lobo había decidido invitar aquel mediodía a la gobernadora para almorzar. Esta, claramente, aceptó sin ningún problema.

Ambos sentados y enfrentados veían el menú mientras de fondo se oían murmullos de los demás comensales y la televisión del lugar en voz baja.

—¿Qué pedirás?—Preguntó él.

—Aún no lo sé, ¿Tu que tienes en mente?—Alzó sus ojos verdes y lo miró.

—Creo que una hamburguesa doble con papas fritas.

—Probablemente sea la mejor opción.—Bromeó la de traje y lentes y volvió a ver el menú.—Yo creo que pediré unos vegetales salteados.

El mozo se acercó y ambos pidieron sus respectivos platos decididos. Cuando se fue, se volvieron a ver mutuamente y a seguir con su conversación.

—Suelo venir con Serpiente en las mañanas, antes todos se asustaban y eso me divertía pero ahora todos nos saludan y sonríen—Dijo sonriente.—, aunque es algo a lo que Serpiente no puede acostumbrarse aún.—Los dos mamíferos rieron.

—Lo que hicieron fue un cambio muy drástico para la sociedad y más para ustedes mismos.—La gobernadora acomodó sus lentes.—Hay muchas personas que los admiran. Es increíble como, de ser los peores criminales de la ciudad, pasaron a ser un ejemplo a seguir.—Alzó una ceja y sonrió.

—No es por presumir pero todo fue gracias al Señor Gato.—Le guiñó un ojo con unos aires de vanidoso y volvió a reír.

Pero sus risas se apagaron cuando su vista se quedó congelada viendo a la pequeña televisión del lugar.
Estaba el canal de noticias, donde estaban entrevistando a varias personas en la calle. Tiffany les preguntaba: "¿Qué es lo que piensa de los tipos malos? ¿Cree que son buenos realmente?"

Una mujer se había puesto a gritar como loca por su fanatismo.
Un adolescente mostró un tatuaje que tenía de ellos en el brazo.
Y ahora, un hombre miró bastante molesto a la cámara.

—Tú misma lo has dicho, "Tipos malos", ¿Cómo es posible que por salvar un gato ya sean buenos? Es decir, una persona o animal no cambia de parecer en tan solo tres minutos.—Miró a la reportera.

Diane lo notó distraído y decidió voltear a ver que era lo que le hizo poner aquella cara.

—¿Entonces cree que siguen siendo malo?

—¡Por favor! Ya han fingido ser buenos para hacer un atraco, ¿Quién dice que este no es más que otro de sus planes?

—Se ha oído que el Señor Lobo ha participado en muchos eventos de caridad para mascotas, Señor Serpiente paga todas sus paletas, el Señor Tiburón comenzó su carrera como actor. . .—Tiffany fue interrumpida por aquel hombre de bigotes.

—Puras patrañas, no me fío de ellos y esas son mis últimas palabras.—Frunciendo su cenó se retiró, dejando un incómodo silencio al aire.

—Bueno, parece que las opiniones son algo diferentes entre los ciudadanos, volvamos al estudio.—Confundida aún, la reportera decidió cortar la transmisión para la publicidad.

Diane volvió a verlo en silencio. Lobo había bajado levemente sus orejas y miraba callado la mesa. Sus ojos estaban algo perdidos.

—Hey, no tienes que creer todo lo que dice la gente sobre ti. —La ojiverde rompió el silencio.

—Es que no es solamente él, estoy seguro de que hay muchos como ese hombre que no confian en nosotros y eso me hace sentir tan. . .—Dió un suspiro profundo y bastante fuerte.

Se quedaron en silencio una vez más hasta que ella habló.

—Yo también tuve que ganarme el cariño de la gente.—Se encogió de hombros aún mirándolo.—Ser una zorra no es precisamente lo que la gente busca en los candidatos a ser gobernantes.

Lobo no respondió, solo la miró cabizbajo.

—Pero, ¿sabes qué? Eso no me detuvo, decidí hacer todo lo que estaba a mi alcance para que ellos digan: ¡hey! Quizás sea una gran gobernadora algún día.—Sonrió un poco.—Y aquí estoy, sentada contigo y gobernando desde hace dos años esta ciudad. ¿Qué si hay gente que me odia? ¡Claro que sí! Tan solo entrar en las redes te hace ver las múltiples opiniones de popularidad. Pero no pienso dejar mi puesto o dejar de hacer lo que amo solo por un pequeño grupo de personas que no piensan lo mismo que yo.

El ex ladrón se quedó escuchando bastante atento todas sus palabras. Finalmente, habló:

—Entonces, ¿dices que siga haciendo lo mío sin problemas?

—¡Exacto! Demuéstrale que eres verdaderamente un tipo malo que ahora es bueno. No importa lo que piensen ellos, quédate con lo que piensas tu de ti mismo.—La gobernadora le sonrió.

Lobo por primera vez en el día se sintió motivado y entendido, no sabía que ella había pasado por lo mismo. Una pequeña sonrisa se asomó por sus labios.

—Gracias, Diane. . . No cabe duda de que eres la mejor gobernadora.

⋆⁺˖⸙̭❛◌*̥₊AMORTÓMETRO - WOLFINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora